sábado, 3 de diciembre de 2011

NO HAY DRAMA

Las afirmaciones rotundas resultan dramáticas, me divierten mucho las películas a blanco y negro del género dramático, nada como una imagen de las grandes divas del sufrimiento, que dice adiós mientras corre mordiendo un puño con angustia mientras corre en sentido contrario a la persona de su amado mientras violines la acompañan hasta que su imagen se pierde en la neblina, o aquellas frases de "tendrás que vivir con tu pecado" o "no eres una mujer digna" con la que se sellaba el destino de quien indebidamente daba "su prueba de amor" sin estar debidamente casada, la siguiente toma corresponde a la misma chica enfundada en un vestido satinado en un sitio tenebroso con humo de cigarro y música de danzón o en su defecto, la toma de la mujer descalza, enredada en un rebozo y cargando un chiquillo. En nombres hay infinidad, desde Andrea Palma, Dolores del Río, Marga López y tantas. El cine, como expresión del arte busca conmover, emocionar y no dejar indiferente al espectador y para ello es válido hasta exagerar el gesto y la frase lapidaria que pone el toque a todo el cuadro de música, fotografía, escenografía y actuación, todo por lograr que sabrosamente sueltes la lágrima y hasta el moco porque no.
Pero la vida real no es así, la gente vive y muere a diario, entre uno y otro acto, se realizan infinidad de actividades, constantemente los seres humanos entramos en etapas nuevas de nuestra vida, nos decimos adiós todo el tiempo, incluso nos decimos adiós hasta cuando queremos decir solo hasta luego, sin mordernos el puño con lágrimas en los ojos, sin huir entre acordes de violines. Claro que hay cosas difíciles en la vida del ser humano, perder un ser querido creo que podría estar entre las más duras, perder alguien que amamos por una enfermedad, un accidente o medios violentos, trae a nuestra vida dosis severas de tragedia, dolor, sufrimiento, algunas personas no logran superarlos y llegan a morir de esos dolores extremos y difíciles.
Las despedidas son tristes, los adióses no son fáciles, pero salvo los casos que mencioné, decir adiós a una persona debería ser menos dramático, si te vas, mi deseo es que el camino que tomes esté lleno de bienestar, que la vida te depare buenas cosas, gracias por los momentos compartidos y a otra cosa mariposa. En este año tuve dos separaciones dolorosas (quizá tres) y aun trabajo en asimilarlas, unas por motivos felices, otras por motivos tristes, pero se que fue para bien, es lo mejor que podemos desear y pensar que quien se va, sea al cielo o a otra tierra, será para estar mejor.