domingo, 20 de mayo de 2012

Historieta

Por la mañana la luz se filtra como pequeños puntos en las ligeras separaciones entre el techo y la pared, es dificil lograr la precisión milimétrica cuando no se construye con la ayuda del concreto, el cartón por lo general implica que quedan algunas pequeñas hendiduras, pues aunque se forre muy bien, el viento en ocasiones arranca pedazos, luego entonces hay que proveerse de una piel más gruesa, para que no te queme el sol en el verano o no te congele el frío en el invierno. Abrir los ojos y comprobar la propia vida no es tán dificil de hacer, luego esa sensación que hace varios días que te acompaña, como si se viera todo a través de una película, como si se contemplara la propia existencia desde el exterior de tu cuerpo, ese sopor que hace pensar que puedes volar, porque tu organismo ya se cansó de recordarte que necesita sustento, porque el hambre existe solo para dejarte saber que sigues en este universo, tu que te piensas ligero como un ángel, pero eso ya está más allá de toda reflexíón, solo te mueves un poco y desarrugar la ropa con la que dormiste anoche, tu pijama, tu guardarropa de verano invierno, primavera y otoño, hasta que tengas trabajo por unos dias o que alguien se apiade de tus andrajos, lo que ocurra primero.

Hoy como ayer, hay que ir a trabajar, una botella de refresco como herramienta de trabajo fundamental, hay que caminar hasta encontrar una avenida pavimentada, nunca falta algún camión o carreta que te lleve hasta un crucero más al centro de la ciudad, tus favoritas son de aquellas donde hay al menos cuatro carriles, para que valga la pena el esfuerzo, por la mañana la botella de refresco se llena de agua jabonosa para limpiar vidrios, poca lluvia y mucho polvo de ambiente hacen que la mayoría de la gente trae los vidrios sucios constantemente, así que salvo lluvia, de cuando en cuando un peso, dos pesos, cinco pesos entran a tu bolsillo, a medio día frecuentamente ya tienes suficiente para comprar un pan y una coca cola, pero a veces no es tan buena idea, porque luego el hambre vuelve a insistir, luego hay que seguir trabajando, hasta que cae la tarde, para entonces ya tienes suficiente para dejar el jabón y comprar un poco de gasolina, echar fuego por la tarde es más vistoso y redituable, aunque te quemes la boca con cada exhalación, hasta que el tráfico se reduce, entonces te vas a buscar la noche, a caminar, buscando una esquina donde te inviten un trago de caguama y un jalón de un cigarrillo, antes de regresar a donde tu llamas tu casa.

Así suceden los días, las noches, has aprendido a ígnorar el hambre, el frío, el calor, dominas tu cuerpo, dominas el fuego, dominas la calle... alguna vez alguien te contó que existían los superhéroes, ¿superhéroes?, para ti, son nenas.