domingo, 29 de marzo de 2015

Espejo.

¿Qué pasa cuando miras al espejo? Esa persona que a diario ves, te escudriña y se da cuenta que otro día nace, depende del humor de la semana y ¿porqué no decirlo? hasta de la etapa del mes en que te encuentres; hay mañanas que te mira sonriente, te dice que eres bella, que eres feliz y todo irá bien. Otras veces te desconoce, se asusta de los ligeros pliegues en los bordes de los ojos, esas ojeras tan propias de tu especie (y por especie me refiero a tu familia) reflexiona y te lanza un "no te estás poniendo más joven" con el que pretende obligarte a que corras, a que vivas, que apresures a tus hijos a crecer, porque tus propios fantasmas pueden alcanzarte cualquier día. Y ahí vas, a la calle, según el ánimo que te mandó el espejo, para tratar de perseguir el espejismo de terminar con tus tareas, cuando nunca van a terminar, hasta el día que ya no estés en el mundo. 
Ese espejo nota cuando hiciste el amor por la noche, casi ves tu reflejo guiñar pícaramente y te ve con esos ojos de "anda mujer, quien te viera tan seriecita"; también te reclama, lo poco que duermes, lo mucho que trabajas y la falta que te hace dejar de ser tan preocupona. Pero por la noche, te ve llegar cansada, quitarte el día de encima mientras remueves el maquillaje, observa tu cara limpia, tus ojos con sueño y te ve desde esa distancia enorme pero a la vez inmediata, mientras viras te da una palmada en tu hombro y te dice "mañana todo será mejor".