viernes, 25 de septiembre de 2015

ENREDADA EN LAS REDES.

La vida no es lo que fue, cada día mas cerca y a la vez tan separados. Hoy en un instante puedes contactar a otro ser humano que esté a miles de kilómetros de distancia, sin embargo, vas construyendo muros con quienes están a tu lado. Ciertamente, los inventos novedosos han dejado a las sociedades con esa sensación de nostalgia por el ayer, quizá lo mismo que hoy pienso imaginaban los seres humanos en los albores de la primera guerra mundial, cuando la humanidad ni siquiera pensaba tocar la luna, hoy traemos vehículos exploradores en Marte y más aún, pensamos que pronto podemos enviar a otros seres vivientes hastiados de la vida en esta tierra. 

¿A dónde vamos? Nadie lo sabe, ves una revista de tecnología y te das cuenta de las grandes expectativas que tenemos como especie, de las cosas que aún podemos descubrir, soñar y avanzar; mientras que leyendo una de ecología te sientes atrapado en una trampa mortal, donde estamos condenados a destruir nuestro propio entorno y el delicado equilibrio de esta tierra que nos ha dado abrigo durante milenios.  Y no hablemos de una de política, versión moderna de los cuentos de hadas que ya nadie cree ni por accidente y que (interpretadas en sentido contrario) nos pueden dar una idea más o menos aproximada del destino que tiene nuestro país o nuestro mundo. 

¿Y las opiniones qué? Diría mi abuela con su sarcasmo habitual, hoy día nuestras opiniones pueden ser ventiladas y expuestas en cuestión de instantes; mientras hay personas que las abrazan con entusiasmo, encontramos otras que inmediatamente disienten de cualquier idea, si porque si, no porque no; así se pierde nuestra voz en el murmullo creciente de quien considera tener la razón en todo momento y que no admite una discrepancia. Así, desde ayer me doy cuenta que hay una persecución y acoso severo a las chicas que se manifestaron en contra de la idea de que una universidad pública haga un concurso de belleza, por considerarlo sexista y retrasado. A la inmediata descalificación del colectivo y la adjetivación a sus integrantes como "feas", "pal perro", "envidiosas" y "amargadas" siguieron amenazas más severas de aplicarles violencia, por expresar su opinión. Yo jamás entendí que ellas estuvieran insultando a quienes participaron, solamente cuestionaron la permanencia de un evento de tal naturaleza, en una casa de estudios que debe ser promotora de la equidad de género y el respeto entre seres humanos. Hubo quienes aseguraron que en tal caso debían descartarse los eventos deportivos porque no todos tendrían las mismas habilidades y por tanto resulta que fomentan la discriminación; creo que el símil es desafortunado, porque a un atleta no se le juzga por su apariencia exterior, ni se le premia por su fortuna genética, simplemente se le estimula en la medida que hace algo diferente, con habilidades adquiridas. 

Por otra parte, está el asunto del niño cuya madre desea que se le deje usar el cabello largo, me parece que ahí hay un conflicto entre lo que las autoridades educativas desean y lo que la madre desea, no creo que el pequeño esté tan decidido a usar el cabello corto o largo; pero me hace recordar que en un tiempo los jóvenes tuvieron que manifestarse y fueron estigmatizados por usar el cabello largo. Sin embargo, en estos días de internet y redes, han surgido furibundas muestras de rechazo a la postura de la mujer, descalificándola y juzgando su modo de pensar y más aún, proponiendo aberraciones como el violentarla sexualmente; la intolerancia desatada, con expresiones de que piensa volver homosexual a su vástago o que le va a arruinar la vida. No estoy muy segura si el pequeño a su edad tiene la capacidad de tomar la decisión de querer usar el cabello largo, sin embargo, si estoy segura que tiene derecho a una educación, a ser protegido y no discriminado por la forma en que se desenvuelve. Y seguir reglas establecidas ¿En verdad nos ha tornado mejores sociedades? No criticamos ese ejército (cuyos integrantes usan todos el cabello corto) como seres violentos que han atacado al pueblo de manera constante; el uso de cabello corto para los varones en las escuelas ¿Ha disminuido algo el acoso escolar, la deserción, las fallas en la calidad educativa, las mafias sindicales? 

Lamentablemente, en estos tiempos de redes sociales, hoy gritamos y vociferamos en facebook y twitter; pero solo hasta mañana, donde nuestra mente con déficit de atención y síndrome del control remoto se distraiga con otra noticia sobre la cual (faltaba más) también queremos expresar nuestro sentir. (imagen vía formato7.com)