lunes, 5 de julio de 2010

De noche

Es maravilloso pasar el día contigo, la risa me sale fácil y las ironías surgen espontáneas, ya se que tengo un sentido del humor bizarro, pero igual lo tienes tu, por lo que nos entendemos a la perfección, tienes un modo de ser anticuado, pero a mi me parece encantador, sin embargo, eres lo suficientemente moderno para no infartarte cuando te cuento alguna de las aventuras que me caracterizan (cosas bastante inocentes por cierto), pero que en tiempo de las abuelas hubiera dejado sin aire a cualquier persona, tu me escuchas y solo sonries, acostumbrado a mi locura característica. Es fabuloso pasar tiempo contigo, me llevas a donde quiero ir, me sigues por donde dirijo mis pasos, sin cuestionarme, dejandome fluir, no tratas de contener ese tremendo caudal que soy, me dejas ser, esa es tu mayor virtud.
Pero es aún mas maravilloso pasar las noches contigo, recuerdate aquella que pasamos sin dormir haciendo el amor, todos creen que todas las noches nuestras son iguales, son tontos, no saben que tu y yo tenemos algo mas que sexo, su mente pequeña no les alcanza más que para imaginar dos personas y una cama, no saben que hacer luego de satisfacer la pasión... pero nuestro juego es mas allá de eso, en ocasiones solamente nos miramos en silencio, llenandonos los ojos para cuando falte la presencia del otro, en ocasiones comes, bebes, en la misma cama, una sábana como mantel enredado en nuestros cuerpos, quizá conversar hasta el amanecer a otros no se les ocurra, pero no saben que las mejores pláticas surgen luego de hacer el amor, cuando se ha desnudado el cuerpo, se procede a desnudar el alma. Una noche me has dicho que me amas y yo he llorado por sentirlo tan cierto como nunca antes. Una noche nos quisimos con violencia y en nuestros cuerpos quedaron las pruebas de que el placer y el dolor tienen una frontera común. Unas noches las pasamos en Monterrey, otras en Ciudad Juárez y otras en Torreón, en circunstancias semejantes y a la vez tan diferentes, tejiendo la pasión que nos tiene enredados como en una telaraña. Un día tu lengua me recorrió entera, haciendome estremecer con olas de calor, otro dia fueron mis dientes los que marcaron la ruta de mi pasión en tu cuerpo. Noches de bares, cantinas y caminatas de madrugada, se pueden emplear en tantas cosas el tiempo. A veces alcanza incluso para amarse.

1 comentario:

Oly dijo...

que padres vivencias amiga, hasta me hicieron recordar cierto tiempo de mi vida que paso hace mas de 5 años, pero que nunca se olvidan, disfruta mucho el presente y que seas muy feliz toda tu vida.