sábado, 26 de diciembre de 2009

LA MUJER DEL PARQUE

Esa mujer tenía casi... no, imposible saber su edad, era evidente que había doblado la esquina de la madurez, que había pasado sus lozanías y que estaba en el camino de todo cuerpo humano hacia la decadencia, hacia el completo desgaste, así hasta apagarse, de manera violenta o de manera natural, era un destino que se avisoraba próximo, todos los días iba a caminar, para sentarse en una banca del monumento a Benito Juárez, no es que fuera el mejor sitio del mundo, a esas alturas daba lo mismo donde se sentara. Todos los días yo la veía, cuando iba rumbo a mi trabajo de dependiente de una ferretería, luego la volvía a ver, al medio día, cuando iba a comer me preguntaba si no se había movido, tenía la mirada lejana, parecería que estaba perfectamente cómoda en esa banca que solo tenía dos travesaños por asiento y uno por respaldo cuando originalmente tenía tres.
Así pasaron meses, un día salí muy noche de mi trabajo, pasaban las diez, odiaba las épocas de inventario, oscurecía, por supuesto que en el monumento no funcionaba el alumbrado público, sin embargo, casi por inercia voltee hacia la banca, ahí estaba, su silueta inconfundible. En esta ciudad es una estupidez hablar con extraños, pero mi curiosidad pudo mas, me acerqué y pregunté si todo estaba bien, ella pareció regresar de un viaje inmenso, me respondio:
- Aquí todo esta bien, ¿puedes tu decir lo mismo?- Y me vió como debe ver un veterano de guerra, que ha peleado todas las batallas posibles, ha perdido toda capacidad de sufrir, pero esa mirada con pliegues en los contornos, me hizo sentir un escrutinio que entro hasta mi alma... me sentí culpable, no pensaba hacer nada por ella, pero eso ella ya lo sabía, tampoco sabía bien porqué estaba ahí, a ella no le importaba, ni siquiera le intrigaba. Con gestos serenos, tomó un pequeño bolso de mano en piel café, tan desgastado debió ser un estilo de moda en mil novecientos setenta, sacó una pequeña botella, una pequeña botella de alcohol de curación, luego de darle un trago me la ofreció, ante mi mirada titubeante me dijo: no seas miedoso, no es alcohol puro, está rebajado con agua, ¿quieres sentarte?. Yo me senté, sin saber aún que era lo que quería saber, entonces ella empezó a hablar:
- Hace tiempo no se acercaba nadie a hablarme, siempre te veo que pasas, una aprende a reconocer a todas las personas que pasan a diario, yo te veía, eres un chamaco aún, te falta mucho por vivir. . . se que por dentro te preguntas que hago aquí todo el día, la respuesta es muy simple, estoy aquí como podría estar en cualquier lugar, si tengo casa, es cerca de aqui sabes, pero es muy vieja, casi se cae a pedazos, asi que me da igual estar alla o acá, vivo sola, así que nadie me necesita allá ni nadie me extraña, mi casa es como mi vida, ya tuvo sus mejores años, de aqui solo queda la destrucción, en un tiempo yo fui hermosa, joven, alegre, cantaba por las mañanas, pero un día me enamoré sabes, me enamoré mucho de un hombre guapo, muy galante, que me supo seducir... un día se fue de mi vida y yo me quedé esperando, esperando siempre volver a encontrar el amor y luché mucho, luché para encontrarlo y cuando me convencí que no podría hacerlo, traté de enamorarme de nuevo, tuve mas hombres en mi vida, pero no pude volver a amar igual, ni me casé ni tuve hijos, en cada hombre que llegaba a mi vida dejaba una intención sincera de querer, en la espera se marchitó mi piel, mis muslos perdieron su lozanía, mis pechos cayeron, mi rostro se llenó de surcos, mi corazón mismo empezó a secarse, empecé a beber... solo el alcohol me hacía sentirme joven y bella de nuevo, para esperar a aquel que se fue. Pero sabes, él nunca volvió. Y me venía a sentar en esta misma banca, que fue donde un día nos despedimos, hace más de cuarenta años, con esperanza de que el llegara aqui. . . al principio solo venía de cuando en cuando, pero ahora, ya no tengo nada que hacer, solo espero aquí la muerte, se que él ya no volverá. -
Volteó a verme y su rostro lo iluminó la luna, era pálido, no era un fantasma, pero bajo esa luz, diríase que pude vislumbrar la belleza que un día fue, lentamente se incorporó, sin embargo, quedó tan encorvada que parecía que no se había levantado del todo, sus piernas estaban un poco vacilantes y empezó a caminar, antes de irse, me dijo con una urgencia que solo un moribundo tendría:
- Si alguna vez encuentras el amor, no lo dejes ir. -

miércoles, 23 de diciembre de 2009

ESPERANDOTE

Te espero en mi cuarto con la luz apagada, pensando en ti, decidí ponerme el baby doll que mas te gusta, el de encaje negro, para que me encuentres así, sobre la cama, dispuesta para ti. No desespero, se que pronto has de llegar y si te tardas no importa, hace seis meses no existías en mi vida. Escucho a Michael Buble y su música me pone terriblemente erótica. Estoy deseando tus manos en mi cuerpo y esa forma que tienes de hacerme sentir especial, tiemblo al pensar en tus labios recorriendo mi piel, en la manera en que me haces sentir que no habrá mañana para nosotros, por tanto debemos amarnos hoy como si no hubiera un final, pensar en tu ansiedad y la mia asalta mi mente y me llena de recuerdos ¡que bien se siente hacerte el amor!.
No se cuanto tiempo transcurre, me imagino que bastante, porque mis ojos se cierran, me duermo pensando en ti... al despertar, me doy cuenta que estoy sobre la cama, en la misma oscuridad y creo que ya no llegarás. . . no importa, siempre estarán aquí mis brazos para ti y estoy segura que tu me sigues deseando. Vuelvo a cerrar los ojos y me duermo profundamente, soñando con tu cuerpo, convencida que es todo lo que habrá para mi esta noche... de pronto, una mano toca mi pierna...

sábado, 19 de diciembre de 2009


Entonces el patito feo, se volvio un bonito cisne... pero eso no lo salvo de los mocosos que lo agarraron a pedradas...

lunes, 14 de diciembre de 2009

DE HOMBRES Y ZAPATOS

Mi relación con los hombres siempre ha sido muy parecida a mi relación con los zapatos.
No estoy postulando alguna teoría de imposible refutación, no pretendo que todo mundo piense como yo y ni siquiera intentaría que esto se vuelva un dogma, simplemente es que he arribado a tal conclusión luego de una reflexión, de esas que luego ni siquiera se pueden calificar de profundas, son mas bien reflexiones solemnes, o pendejadas, o también solemnes pendejadas, ¿porqué no?. Aclaro que esta comparación, jamás lleva implícita la afirmación de que a mi los hombres me sirven para lo mismo que los zapatos, para pisarlos... bueno si, pero en el más puro sentido erótico de la palabra.
Un buen día me puse a pensar, los hombres para mi, son como los zapatos... empezando por la circunstancia de que ¡me encantan!, me dan flojera las hiper feministas que dicen que el hombre es el género enemigo, porque yo en mi vida los he encontrado bastante amigables, nunca he sentido odio por ninguno, si mucho ligera antipatía... así que al igual que los zapatos, he tenido grandes cantidades, bueeeno, seamos realistas, nunca tantos como Elizabeth Taylor o Imelda Marcos, pero no tan pocos como una monja de misión africana. Los zapatos son de los más diversos materiales, colores, texturas, al igual que los varones, los puedes encontrar desde aquellos que son de diseñador y que usarlos es un lujo que te permite demostrar al resto que has triunfado (estoy hablando de zapatos), digamos que poseer algo asi, tan exclusivo y diferente te faculta a restregarle a las demás en la cara que tú tienes lo que ellas jamás podrán tener (ahora si me refiero a los hombres).
Existe calzado de aspecto modesto, quizá de marca no tan reconocida, sin embargo, tienen un encanto secreto (al igual que ciertos hombres), que al tenerlos contigo, te hacen sentir cómoda, elegante y a la vez muy satisfecha por la buena calidad de sus materiales y la buena inversión al adquirirlos.
Por otra parte, también es común encontrar los zapatos más increibles, de aspecto mas sexy, color perfecto, materiales magníficos, que desde que los vez te convencen de llevarlos contigo, tu ¡necesitas esos zapatos!, no importa que no tengas con que combinarlos, tu guardarropa evolucionará en función a esos zapatos y una vez que los tienes (al igual que con algunos hombres en la vida), te diste cuenta que cometiste un grave error, que los zapatos te aprietan miserablemente, que por más que trates de adaptarte a ellos, ellos jamás se adaptarán a ti y que ni siquiera cambiando tú por ellos te servirán a largo plazo, son los zapatos que con tristeza hay que decir adiós, por más que trataste que te sirvieran de algo.
Luego están aquellos zapatos que son una facha, que los viste decentes en el aparador, que saliste una o dos veces de casa con ellos, pero (al igual que con muchos sujetos del género masculino), resulta que no eran lo que parecían ser, se ven falsos, las hebillas se caen, las correas se tuercen, en realidad se ven fachosos, vulgares y corrientes, porque bueno, ya lograron la primera impresión y solo para eso están diseñados, para aguantar como decía mi mamá "una o dos puestas".
Así sucesivamente, podría pasarme mucho tiempo explicando porqué considero que mi relación con los hombres se parece a mi relación con los zapatos, pero eso cada quien puede ir haciendo sus conclusiones y corroborar o desechar mi hipótesis. Unicamente me resta afirmar, que con los hombres, al igual que con los zapatos, ¡Siempre es fabuloso estrenar!.

martes, 17 de noviembre de 2009

NUNCA SE SABE

Aquella noche me dirigí a un bar, después de una semana de locura, una copa antes de irme a dormir me parecía una buena idea, escuchar música tranquila me daría la oportunidad de relajarme, de tomar aire. Me sentía particularmente deseosa de un poco de compañía, quería charlar, pero a esas horas, ninguna de mis amigas estaba disponible, una estaba en las clases en la universidad, otra tenía una salida programada con el novio, la otra estaba en su casa atendiendo a su marido, en fin. Llegué al bar, usaba una blusa de seda negra, manga larga, una falda de vestir y medias negras, con unas zapatillas altas muy lindas, mi debilidad siempre han sido los zapatos altos. Estos en particular eran mis favoritos, pues pese a estar en el rango de mas de diez centímetros de altura, eran extremadamente cómodos. Me había soltado el cabello luego de traerlo recogido en el día, me retoqué el maquillaje y si bien es cierto no era mi atuendo más sexy, me sentía linda. Ocupé un lugar en la barra del bar, a esa hora casi desierto, cruce la pierna y pedí un cóctel margarita, pensaba fumar un cigarrillo y mi mano se dirigió a mi bolsa, cuando en ese momento el barman me señaló el letrero “De conformidad con la Ley Anti-Tabaco, se prohibe fumar en este establecimiento”.
- ¡Maldición! Siempre lo olvido – pensé, dejando de lado mi cajetilla de cigarros, bueno, la copa estaba bien, había una cantante que tenía una voz tenue, dulce, que invitaba a escucharla, entonces me felicité internamente por no haber desistido de mi proyecto, pese a que nadie pudo acompañarme.
Cuando mis ojos se ajustaron a la oscuridad, vi que había varias personas más en el bar, sin embargo, aún lucía bastante solitario, una pareja dispersa y un sujeto sentado junto a la mesa del escenario eran todos los asistentes además de mi. Entonces reparé que el hombre solitario me estaba viendo intensamente, bueno, miraba hacia donde yo estaba, lo cual me confundió un poco, no estaba usando en ese momento mis lentes graduados y la verdad no sabía si era a mi o a otra persona que estuviera junto a mi, entonces me reí de mi tontería, obvio que me observaba, intensamente. Luego puse más atención, vestía un traje de dos piezas, color gris oscuro, una camisa negra, usaba corbata al mismo tono del traje, yo soy miope pero no pendeja, así que de entrada el empaque me pareció bastante atractivo, pero no quise que me adivinara el pensamiento, así que bajé la vista a mi copa, pero no pude evitar sentir esa mirada, que se concentraba en mi. Uff, un ligero calor me empezó a invadir, sabía que no era rubor porque hacía años que nadie me hacía ruborizar, claramente sentí que era emoción, no es que fuera fanática de ligar en un bar, pero tampoco me niego a la aventura.
Terminé mi copa y pedí otra, la cantante interpretaba música de blues, entonces aventuré otra mirada hacia donde estaba el caballero de tan agradable apariencia, su cabello impecablemente peinado, unas facciones supongo que agradables, como ya dije, estaba un poco corta de vista con eso de no traer mis lentes.
Entonces me fijé que miraba insistentemente mis piernas, con una mirada casi obsesiva, como si se detuviera en esa parte en especial, siempre he sabido que mis piernas son atractivas, pero esa mirada tan intensa, me pareció extraña. Por un momento llegue a pensar que las ligas de mis medias asomaban por debajo de mi falda, discretamente recorrí mi pierna con la mano y pude darme cuenta que no era así. Estaba distraída cuando el hombre misterioso se acercó a mi sitio, yo me quedé inmóvil sin saber que hacer, entonces me dedicó una sonrisa plena, dientes hermosos, en sus ojos se formaron pequeños pliegues que me dejaban saber que no era un hombre muy joven, pero tampoco se veía demasiado maduro.
- Hola, si no esperas compañía me gustaría invitarte una copa –
- Que tal, pues se supone que vendrían algunas amigas (mentí abiertamente), pero parece que por esta noche ya no estarán aquí, si gustas, toma asiento –
- ¿Que estás tomando? -
- Una margarita – respondí convencida de que estaba de suerte, un forro así para mi solita esta noche. Fabuloso.
Empezamos a conversar, el sujeto resultó no ser tan desagradable, no tenía aspecto de maniático sexual (lástima Rocío, se que son los que te gustan), pronto me enteré de las palabras clásicas con las que uno se describe de primera mano, divorciado, cuarenta y tantos, empresario de una industria de insumos a la maquiladora, hijo mayor de un hijo mayor y así, rompimos un poco el nerviosismo, yo le conté lo que me dio la gana contarle, que para eso se reinventa uno cada día, le dije que era viuda de un hombre impotente, que no habíamos tenido hijos y que ahora me dedicaba a prospectar terrenos para establecimiento de naves industriales. Que hice dos semestres de psicología antes de decidir que estaba yo demasiado loca para ayudar a otros con su locura y tal. A la primera copa siguieron varias, entonces empezamos a contar bromas y a reír bastante, era muy agradable y contaba unos chistes buenísimos, el bar seguía con poca afluencia, luego de que dejamos la euforia atrás, yo empezaba a preguntarme en que terminaría la noche, a que hora empezaría la plática “de adultos” que nos daría como final una habitación y una cama, como culminación de una buena velada, entonces el empezó con lo que yo creía era el asalto definitivo:
- ¬Tienes unas lindas piernas –
- ¿Te parece?, muchas gracias –
- ¿Que ejercicio practicas?
- Correr tras del señor de la basura porque todos los días que pasa me quedo dormida –
- Pues te felicito, esa carrera ha rendido sus frutos –
- Gracias de nuevo –
- Me imagino que también has de tener bonitos pies, se ven bastante armónicos con tus piernas –
- No creas, pues si calzo talla grande, eso siempre me ha traumado un poco, mi madre nunca quiso que su hija fuera tan “patona” –
- No, no, no, de ninguna manera, el pie grande es lo más común en unas piernas largas, cualquier modelo es ejemplo de ello, pero sobre todo tus zapatos, ¡ah! ¡Que zapatos!. Son el perfecto complemento a unas piernas lindas, Si no te molesta, me gustaría mucho hacerte una pregunta. . .
Entonces supe que la pregunta que sobrevendría era importante, mis ojos se concentraron en verle, entorné la mirada y humedecí discretamente mis labios, dejé de escuchar el ruido en mi entorno, yo era la leona buscando la presa y no iba a perder un ápice de concentración, todos mis sentidos estaban puestos en escuchar lo que seguramente era la propuesta fundamental para esa noche, para esa noche y ninguna otra más, pero que podría ser la mejor de mucho tiempo, mi respiración se hizo serena, imperceptible…
- ¿Sabes?, me has parecido una persona muy agradable, inteligente, divertida, creo que podríamos ser excelentes amigos, la primera condición de cualquier relación humana es la honestidad, yo tengo que plantearte las cosas como son, no puedo darme el lujo de confundirte, se que notaste que desde que llegaste te estoy viendo intensamente, se que viste que observaba tus piernas con insistencia, todas esas cosas no pasan desapercibidas para una mujer, la verdad es que si te estuve viendo con atención las piernas, tus pies, no creas que es algún fetichismo, he tenido una vida complicada, tu no sabes, pero tengo un guardarropa lleno de ropa de mujer, la cual me pongo por las noches, porque tu entenderás, un empresario respetable como yo no puede confesarse travesti y homosexual. Me preguntaba si en la tienda donde compraste esos preciosos zapatos tendrían en tallas grandes, vi que tenías el pie bastante grande y me llamó la atención preguntarte, casi estoy seguro que calzas como yo… ¿Qué número usas?, pareciera que del siete. Lo cual es perfecto, porque me quedaría bien, ¿Tendrías inconveniente de venderme tus zapatillas?...
Entonces todo mi erotismo y sensualidad se vinieron abajo, durante estas palabras mi boca se iba abriendo cada vez más y me sorprendí, lo que me faltaba, entre tantos millones de hombres, me estaba ligando a un travesti, ¡a estas alturas de mi vida me equivoqué y le tiré los perros a una arroba!, entonces pensé que ya era hora de regresar a casa y dejar de jugar a la cazadora, automáticamente me quité los zapatos y los puse sobre la barra, dándome la vuelta y dejando atrás ese intento de seducción, porque aunque el hombre estaba de lo más delicioso y ensabanable ¡uno nunca sabe!.

-

domingo, 8 de noviembre de 2009

INTERVENCION

Hola, soy Artemisa Rosales y soy una adicta al sexo. Hola, soy Artemisa Rosales y soy sexoadicta. Hola, soy Artemisa Rosales y me gusta ponerle a todas horas y en todas partes. Hola, soy Artemisa Rosales y soy ninfómana (multiorgásmica me corregiría Carlos, quien por lo visto no sabe distinguir los términos). Hola, soy Artemisa Rosales y no tengo la más puta idea que estoy haciendo aquí. Maldición, que difícil va a ser mi primera sesión de sexoadictos anónimos, no se porque chingados mis familiares me convencieron de venir.
El jueves pasado, al llegar a casa, encontré en la sala, conversando, a la tía Rosita, a mis papás, a mi hermano Joaquín, a mi amiga Ernestina, en una actitud francamente sospechosa, porque al momento que advirtieron que yo iba entrando, se pusieron muy serios, con esa clase de silencio incómodo de quien no quiere hablar primero.
¡Hola! - dije al entrar a la sala - ¿a que debo el honor de su visita?, la verdad es que disculpen, yo se que me pidieron estar acá más temprano pero se me hizo un poco tarde por el tráfico y hasta ahora pude llegar. Nadie tomó en consideración mi respuesta y hasta ese momento advertí que los cuatro me estudiaban. Traía yo puesto un suéter negro, con botones al frente y un escote bastante pronunciado, unos pantalones de vestir grises y mis zapatos negros cerrados, no me parecía que estuviera indecente, sin embargo sentía que mi escote incomodaba a mi amiga Ernestina y a mi tía Rosita. Mi madre ya a estas alturas no se extrañaba de nada. Y dije: ¿para qué soy buena? Entonces mi madre, tomó la palabra con la calma que la caracteriza y me dijo: Artemisa, estamos aquí esta noche, porque antes que nada, somos las personas más cercanas a ti, te queremos mi vida y no queremos que tengas problemas en la vida. Mi amor, tu papi y yo estamos muy preocupados, a tus treinta y cinco años, no te has casado, ni tienes hijos ni nada, queremos que sientes cabeza y formes una familia mi cielo, no tomes decisiones de las que mas tarde te puedas arrepentir. Eso de que tienes tantos novios, no es cosa buena, deja tu lo que la gente opine de ti, te vas a formar una fama de chica poco seria.
En eso dijo mi tía Rosita, nena, tu debes formar una familia, has dejado pasar partidos magníficos por esa necedad tuya de ser "independiente", los hombres no quieren mujeres "inteligentes e independientes", quieren chicas sencillas y menos "desinhibidas". ¡Ay tía!, ya vas a empezar con tus cosas, esto tiene todo tu sello, ¿cuáles buenos partidos he dejado pasar?, ¿Rudy?, ese es un monigote que solo hace lo que le dice su mamá y que flojera. ¿Miguel?, ese no sabía para que se inventó la cama tía, me aburría de lo lindo con él... ¡Artemisa!, aquí estoy yo - dijo mi padre - y te pido que me respetes, no solo es el hecho de que dejes a los novios formales que tienes, sino que es el hecho de que te la pasas de una cama a otra, sin ton ni son, no te detienes ante nada, varios de mis compañeros en la empresa se han metido en líos en sus casas por andar tras de ti, entiende que no puedo pasarme dando la cara ante tus perradas todo el tiempo, no respetas nada, ni estado civil, edad, ni nada, el otro día López y Romero se pelearon por tus amores, cada uno convencido que había sido el mejor amante que habías tenido, porque tu misma se los dijiste...eso no es decente. Papá, ninguno de los dos es buen amante, solo se los dije para no dañar su ya de por si muy jodida autoestima y yo no tengo la culpa que cuando te voy a visitar nunca falta el libidinoso que se me acerca con intenciones lujuriosas, Padre, ¿Quien soy yo para negarles la única experiencia placentera en su vida?, respondí yo con indiferencia, me estaba tardando en encabronar, pero no sabia de donde venía todo esto y sentía que era una cosa de lo más extraña que se estuvieran metiendo con vida, yo que jamás me metía en la de ellos.
Entonces siguió Ernestina: Amiga, sabes todo lo que yo te quiero, pero tu modo de ser ha sido causa de sufrimiento también para mi, hasta tuve que terminar con uno de mis novios, porque tu lo sedujiste. Ahí si reaccioné: no Ernestina, terminaste con Manuel porque tu quisiste, yo ni siquiera te dije nada de lo que había pasado, fue una cosa de una noche, ni siquiera me importo. Pero a él si - respondió -, por eso dijo que no podía superar el hecho de que tu ni siquiera habías querido repetir, que no se quería casar porque era una tentación muy fuerte tenerte cerca, porque somos amigas, no te importó lastimarme Artemisa. - Tu sufres porque quieres, yo por eso no te conté nada, el que te lastimó fue Manuel, yo nunca te hubiera contado nada.-
En ese punto, yo ya no entendía que chingados querían todos, no se si era un juicio moral, si era una onda espiritual, ya esperaba yo que de un momento a otro entrara el padre Joselo con su agua bendita para exorcisarme porque yo era una pecadora desenfrenada.
Joaquín mi hermano tomó la palabra en ese momento y lo puso en términos más claros, "hermanita, sabes que te queremos mucho, sabes que yo te quiero mucho, pero me preocupas, no me importa si te casas o no te casas, pero te quiero y me dolería que te vayan a contagiar una enfermedad, lo que los demás opinen no me importa, se que varios de mis amigos se han acostado contigo, eso no me preocupa, además haces bien en no haber formalizado con ninguno, todos son una bola de pendejos, pero mi reina, no quiero encontrarte un día muerta en un motel, mija, tienes que cambiar".
¿Y que proponen?, a estas alturas ya menos enojada y mas que nada intrigada y divertida por las cosas que estaban diciendo. Entonces Joaquín pensó que sus palabras me habían convencido: Hermanita, es indudable que tienes problemas de adicción al sexo, aqui te tenemos unos folletos de un sitio que se llama Sexoadictos anónimos, manejan un proceso terapéutico... bla bla bla....
- ¿Y si voy me dejan de chingar el alma?- pregunté esperanzada - si mija, -respondió Joaquín- te juro que no volvemos a meternos con tu forma de vida, pero es que estamos preocupados por tu bienestar reina ... solo queremos que estés bien...
Y heme aquí, pensando que les voy a decir a estas gentes, se supone que lo primero para superar la adicción es reconocer que hay un problema, mmm, yo no encuentro nada de malo con mi forma de vida, creo que desde ahí ya estamos en el problema, y esta gente que habla y habla, diciendo que el sexo es dañino, que es sucio, pecaminoso. No entiendo, es la cosa más deliciosa, sentir un aliento sobre la piel, como sudas, como frotas otro cuerpo, como se mezclan todos los fluidos corporales, como en una coctelera en la que se prepara una poción de erotismo, ¡no, no, no, a la chingada, los que están descompuestos son ellos, yo que culpa tengo de su malcogidez!, además, viendolo bien, no está tan mal aquí el ambiente, ese rubio que esta ahí confesando sus travesuras eróticas, wow, que pervertido, está antojable, a la salida le pediré su teléfono, le diré que si quiere ser mi "padrino"... creo que encontré un sitio con mucho potencíal...

lunes, 26 de octubre de 2009

ME VOY

“Mira amor, la verdad no es que seas mala gente, de hecho eres una excelente persona, pero no encuentro nada que me retenga aquí a tu lado, ya sé, ya sé, tu me amas con locura, me has entregado todo lo que una persona puede entregar a otra, yo se que cuando te casaste conmigo eras virgen a tus treinta y un años de edad, pero no por eso me voy a quedar contigo toda la vida, ¿o si?...
No te preocupes, tu estarás bien, para eso estudiaste una carrera profesional, si, ya se que no la ejerciste nunca por estar en casa, cuidando de mi y de los niños, pero no es tan difícil encontrar tu camino de nuevo, además, yo no voy a dejarte sola, tu tienes garantizado tu mensualidad, con las colegiaturas de los niños, los gastos de la casa. Claro que deberás olvidarte de algunos lujitos, yo no voy a pagar tus tarjetas ya, pero bueno gordita, tienes que entender que yo también tengo que mantenerme ahora y sostener dos casas está difícil.
¿Qué porqué te dejo?, ay gorda, no empecemos con melodramas sentimentales, son cosas de la vida, tu y yo ya no tenemos nada en común más que los niños, hace años que cuando llego a casa solo escucho que los niños se portaron mal, que Diana le prendió fuego a su pupitre, que Marquito solamente se dedica a perseguir a las niñas del Colegio, que si Luisito tuvo problemas por sus bajas calificaciones, has dejado de verme como tu amante y solo soy el ogro justiciero que pone en su lugar a los chamacos o en su defecto, la cartera ambulante de la que sale el dinero para reparar los estropicios que hacen ellos… ¿Hace cuanto no me abrazas por las noches?, ¿Sabes tu si tengo algún problema en la oficina?, ¿Te importa si estoy cansado o si tengo ganas de estar contigo?, nuestros sábados se han convertido en una rutina espantosa donde por las noches haces el amor casi bostezando, donde no dejas de hablar de los problemas de la casa, que si hay que pintar, hay que ampliar, hay que amueblar con otro estilo… somos dos desconocidos gorda, somos dos seres ajenos que aún conviven bajo el mismo techo por no tener nada mejor que hacer.
¿Dices que te estoy dejando por una golfa?, no, ni siquiera es eso, no te voy a negar que te he sido infiel varias veces, pero ni siquiera he llegado a concretar una relación con nadie, solo simples desahogos sexuales que no tienen nada que ver con una relación formal, vamos mujer, que yo ya perdí la costumbre de hacer bien el amor y a ti nunca te ha importado, ¿como crees que voy a tener una amante de planta?
Me voy porque necesito el silencio, necesito el silencio que hace años no me das, necesito un espacio, porque esta casa, así de grande, me está ahogando. ¿Que es una crisis de la edad media?, no creo, vivo en esta monotonía desde fines de mis veintes, cuando los niños pasaron a ser tu prioridad y yo pasé a ser un mueble más de la casa.
Dices que no te sé valorar, bueno, eso no es del todo cierto, has sido una excelente madre, tan es así que mis hijos me ignoran del todo, siempre que no se trate de pedir dinero, eres una excelente hija, tan es así que nunca sales de casa de tu madre en todos los ratos libres y que yo tengo que soportar cada fin de semana de la mañana a la tarde a los tarados de tus hermanos porque estamos en la visita semanal. Ya gorda, no te injertes en Marga López y déjame irme, luego te doy el teléfono del departamento, mientras me localizas en el celular, no me llevo más que mi maleta, luego mando por mis libros, no creo que a nadie le interesen en esta casa.
¿Que a donde voy?, eso ya no es lo importante, lo que importa es que no vuelvo por donde ya no soy necesario, dejaré de ser el ogro, la cartera, el apoyo incondicional y volveré a ser solo un hombre.”

domingo, 25 de octubre de 2009

AVENTURA CASUAL



Siempre he sido un convencido que las mejores cosas de la vida pueden ser aquellas que no planeamos, son las agradables sorpresas que vienen a sacarnos de la rutina y a darnos luz en momentos, de otro modo, tediosos.
Aquella tarde, luego de salir de la oficina, entré al supermercado para comprar un garrafón de leche y una bolsa de comida para mi perro, iba camino a casa, me sentía algo cansado del día, afortunadamente no era “martes de frutas y verduras” que es cuando el supermercado se llena de señoras latosas y niños aún más latosos, así que proyecté llegar rápido por las cosas que necesitaba e irme. Cuando fui al departamento de lácteos, observé a una mujer, joven aún, que caminaba entre anaqueles, sin mucho ánimo, serena, tranquila, era blanca, tenía el cabello castaño y una figura, digamos, no sobresaliente, simplemente regular, usaba jeans y zapatos bajos, sencillos, una blusa blanca de tono liso, pero al pasar junto a ella, sentí un olor a perfume tenue, fresco, a tibieza, a cotidianeidad, que me hizo regresar, aparentando buscar algo, para seguir tras ella, embaucado por ese olor y por esas caderas que se movían con un movimiento suave, sin afectación, natural, como tratando de pasar desapercibidas. Después del departamento de carnes frías, ella empezó a notar que yo la seguía, pues cuando se detenía para tomar algo, yo hacía como que examinaba los productos y aunque estuviéramos en carnes frías, yo empecé a sentir calor. Sentí que en ella no había molestia, si mucho, sorpresa, como alguien que se siente observada después de mucho tiempo de pasar desapercibida. Para cuando estábamos en el área de los vegetales, yo ya estaba decidido a acercarme, entonces, para mi sorpresa, ella viró ciento ochenta grados su carrito y quedó justo frente a mí, yo no pude hacer más que sonreír, sorprendido en mi silenciosa cacería, levante mi mano y haciendo un gesto distraído dije: - ¡Hola! –

____________________________________________________________________


Admito que en principio no supe que hacer, me sorprendí de sentir que me seguían, siempre corriendo, siempre de prisa, nunca advierto si alguien me ve, aunque se que no soy desagradable y que aún puedo atraer a algún caballero, hacía tiempo no me veía en un espejo, observándome tal cual, reconociéndome, apenas si tenía espacio para el marido, los hijos, la oficina, las tareas. Esa tarde salí al supermercado, porque sabía que en casa estaba a punto de estallar, recibí la enésima llamada “anónima” donde me advertían que mi marido estaba saliendo con una compañera del trabajo, una ingeniero de ahí de la maquiladora donde él era Gerente. ¡Pendejas!, cuando entenderían que yo no necesitaba anónimos porque tengo dos pinches dedos de frente, que hace meses que no me toca, que nuestra cama solo se usa para dormir, que no necesito llamadas para percibir un perfume extraño en las ropas que mando a la lavandería. Sin embargo, no me molestaba que Arturo lo hubiera hecho de nuevo, al fin ya estaba acostumbrada. Mi molestia era que esta vez las llamadas eran más insistentes, era que no entendían mis motivos y razones para no desbaratar un matrimonio donde dos niños no tenían la culpa de mis problemas.
Me fui al supermercado, no necesitaba nada, pero el ambiente de frío, de impersonalidad, de estar entre desconocidos, me permitía relajarme un poco, enfrentar la perspectiva de llegar a casa y ver a Arturo con su cara de inocencia, jugando con los niños y esa indiferencia a la hora de cenar, donde yo sabía perfectamente que su mente estaba en otro lado.
Entonces al darme cuenta que ese hombre tenía más de veinte minutos siguiéndome, me sentí halagada y de pronto, en mi mente germinó una idea, nunca me imaginé que podría hacerlo, pero sin pensar, viré el carrito y lo puse de frente a él, el cual solo abrió los ojos y torpemente sonrió para decirme “Hola”. Yo no lo vi tan mal, sería dos años menor que yo si mucho, una camisa medio arrugada y una corbata floja, pantalón de vestir. Entonces pregunté:
- ¿Nos conocemos de alguna parte? –
- No, pero podríamos empezar a conocernos. –
- ¿Sabe Usted que en esta ciudad es peligroso hablar con extraños y extrañas? –
- Lo sé, pero pretendo que dejes de serlo para mí. Apuesto a que detrás de esa carita de seriedad, hay una mujer alegre y divertida. Vamos, te invito un café.-
- ¿Porqué un café, si los dos nos estamos muriendo de ganas de ir a un hotel? –
Aún me divierte recordar esa mirada de sorpresa cuando hice semejante propuesta, nunca supe porqué lo hice, pero en verdad estaba desperdiciada en mi casa, así que salimos del supermercado, llamé a mi marido para decirle que iría con mi amiga Gloria por un café, yo salía cada mil años, así que él no dijo nada, ¿que podía pedir de su esposa perfecta?...

_____________________________________________________________________
Todo resultó mejor de lo que esperaba, encontré entre mis brazos la mujer mas exquisita, más deliciosa, mas apasionada y más mal cogida de toda la ciudad, la llevé hasta el hotel mas cercano, no porque no quisiera llevarla a mi casa, pero porque me urgía tomarla, hacerla mía, recorrer sus contornos con la punta de mis dedos, besar las partes que hacía tiempo no se besaban, sentir como su cuerpo tibio empezaba a arder, como sus manos me acariciaban, me apretaban, como se entregó sin reservas, sin mañanas, sin pasados.
Después, en las pausas de la pasión, me dijo que oscuros motivos la llevaron a hacer eso, la extraña revancha que la hizo cometer la locura y la feliz coincidencia de haber sido yo “el primero que se le puso enfrente”.
- Por mi, desquítate cuando quieras reina. –
- No digas tonterías, esto fue algo de una sola vez. –
- Eres una mujer completamente desperdiciada, yo puedo hacerte feliz. –
- La felicidad solo existe en los sueños, así que después de esto, no volveremos a vernos. Ha sido agradable pero hasta ahí. –


Volvimos al estacionamiento del supermercado, ella bajó de mi auto, besó la punta de sus dedos y los puso sobre mi boca. Nunca un beso de una extraña me supo más a nostalgia. Se negó a darme su nombre completo, solo se que se llamaba Carolina. En ocasiones voy al supermercado y fantaseo con la posibilidad de encontrarla ahí. A veces imagino que se divorció y me busca y recuerda como al mejor de sus amantes. Otras veces se que Carolina y las miles de Carolinas que caminan por los pasillos de los supermercados de esta Ciudad, están condenadas a secarse en un lecho matrimonial, donde jamás serán valoradas, por eso de cuando en cuando, persigo mujeres en un supermercado.


jueves, 8 de octubre de 2009

ELLA





A Ella la encontré después de tiempo de no verla, pasaba por una de esas rachas de insensibilidad emocional que te quedan luego de romper con otra novia, ese tipo de etapas en las que juras no volverás a querer a nadie, que estás decidido a no volver a querer a ninguna “pinche vieja” porque todas están más locas que una cabra con patines y nunca les das gusto, con sesiones intensas de mil cervezas para olvidar y tratar de componer el mundo con quien te quiera escuchar. Así simplemente nos encontramos en un punto concreto del espacio y le dije que me daba gusto verla de nuevo, era la verdad, siempre encontré muy agradable su calidez, su modo de reír y como no se tomaba tan en serio, me sentía cómodo con Ella, y empezamos a conversar más seguido y un buen día sin darle tiempo de nada, le pregunté como se encontraba:
- Bien – me respondió – pero no quise darme por satisfecho con la respuesta, volví a inquirir: no, quiero la verdad, ¿cómo está tu vida sexual? Entonces, abrió el baúl en el que guardaba todos los recuerdos de momentos frustrados y pasados y yo como todo un conquistador, le dije que era tiempo de pasar un buen momento, que conmigo olvidaría los malos instantes, más nunca le ofrecí mi corazón, nunca me comprometí a nada. Quedamos de pasar un fin de semana juntos, donde las premisas eran el alcohol y el sexo, con todas las cuestiones periféricas que pudieran presentarse. Yo me sentía curado de mi mal de amores, que podría pasar si en realidad ya no estaba enamorado, ya no volvería a enamorarme, ya no quería pasar por lo mismo.
Aquella noche nos fuimos a un bar, donde empezamos una farra mítica, de proporciones sobrehumanas, donde empezamos a tejer la leyenda de que juntos estábamos mejor que nunca, Ella tomaba tequila, yo tomaba cerveza y afuera la noche nos esperaba, cálida, sofocante, sin prisa. De pronto una canción sonó en la guitarra y tu recuerdo me llegó de golpe, yo que tenía meses diciendo que ya no te extrañaba, me sentí más solo que nada sin tus brazos, más ausente de ti que nunca, mas perdido en este universo y una lágrima salió de mis ojos, sin que yo lo pudiera evitar; a pesar del humo del cigarrillo, a pesar de la oscuridad, a pesar de su ebriedad, Ella lo notó, solo me preguntó si pasaba algo, le dije que estaba bien, Ella no se quedó satisfecha, volvió a preguntar y yo solo respondí: “es que mi gatito murió y lo extraño”, sabiendo que era la respuesta mas puñetera que podía encontrar en este mundo. Seguimos bebiendo en silencio por un rato y empezamos a reír de nuevo, pero yo sabía que en su mente estaba sembrado el fantasma de esa lágrima inesperada y sorprendente.
Al amanecer, caminamos hacia nuestra habitación, donde nos entregamos de mil maneras distintas, haciendo que nuestros cuerpos se agotaran, quemando hasta la última gota de la energía que nos quedaba, conjurando a la luna para que volviera de nuevo y pese a que Ella se regaló en mis brazos sin reservas, pese a que me hizo explorar el placer en rincones desconocidos, aun y cuando me embrutecí de su cuerpo, de su sexo y sus sentidos, la abrace al final, sabiendo que no se trataba de ti, que nunca serías tu, que Ella merecía más que ese corazón incapaz de quererla. Ella fingió dormir, pero se que sentía que mi mente estaba lejos de ahí y que nuevas lágrimas me hacían extrañarte de la manera mas injusta y estúpida, por innecesaria, por irrepetible, por imposible. Y ahí que tú recuerdo se acostó entre los dos como un fantasma.
Al despertar, Ella me miraba junto a la cama, vestida, escrutándome, seria y entonces me sentí desamparado, porque sabía que estaba viendo hasta dentro de mi, hasta la realidad que pretendía ocultar y siendo Ella la mujer que merece que la amen, la mujer que se entrega sin condiciones, se dirigió hacia la puerta y me dijo: - Ojala algún día alguien me quiera y me extrañe como tú a tu gato. -

miércoles, 7 de octubre de 2009

EL PODER DE UN MAIL.

Recibí un mail que decía “gimnasia cerebral”, como me gustan mucho todos los juegos, lo abrí y encontré diversos ejercicios, entre los cuales estaba por ejemplo, encontrar la letra “C”


ENCUENTRA LA C

OOOOOOOOOOOOOOOOOOO O
OOOOOOOOOOOOOOOOOOO O
OOOOOOOOOOOOOOOOOOO O
OOOOOOCOOOOOOOOOOOO O
OOOOOOOOOOOOOOOOOOO O
OOOOOOOOOOOOOOOOOOO O
OOOOOOOOOOOOOOOOOOO O


Luego me pedían encontrar otras letras entre otros grupos de letras, tales como estas:

UNA VEZ QUE HALLAS ENCONTRADO EL 6
ENCUENTRA LA a

ååååååååååååååååÃ
¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥
ååååååååååååååååÃ
¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥
ååååååååååååååååå
åååååååååååååååååÃ
¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã
¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥aååååååååååÃ
¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã
¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥
ååååååååååååååååå
åååååååååååååååååÃ
¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã
¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥Ã¥


UNA VEZ QUE HALLAS ENCONTRADO LA a
ENCUENTRA LA c

ççççççççççççççççç
ççççççççççççççççç
ççççççççççççççççç
ççççççççççççççççç
ççççççççççççççççç
ççççççççççççççççç
ççççççççççççççççç
ççççççççççççççççç
ççççççççççççççççç
ççççççççççççcççççÃ
§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã
§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã
§Ã§Ã§Ã§Ã§Ã§

Como me pareció divertido, participé en ellos sin mayor dificultad, en unos cuantos segundos había terminado el jueguito mental; las dificultades aparecieron cuando me dan instrucciones de pedir un deseo, lo cual tampoco es muy difícil, siempre se esta lleno de deseos en esta vida, y como está cabrón que las fuerzas esotéricas se combinen para lograr la paz mundial, cesar el hambre o el calentamiento global, pedí un pequeño deseo, chiquito, terreno, humano y natural: una supermegasesiondesexo para antes de que termine la semana.
Ahí empezó el problema, porque me pedían que para cumplir mi deseo, tengo que reenviarlo a varias personas y de la cantidad de personas a quienes lo mande, depende la rapidez con que se cumplirá mi deseo… mmm, mi lógica y mi razón se rebelaron, ¿Por qué las fuerzas sobrenaturales requieren que yo ponga a hacer gimnasia mental a mis amigos para cumplirme un pinche deseo?, ¿Por qué mi agilidad de mente que me permitió resolver el ejercicio en veinte segundos no sirvió para nada, porque igual tengo que involucrar a más gente para que se cumpla mi “petit” ción?, ¿Porqué no me llega un correo diciéndome que pida un deseo sin necesidad de tener que hacer algo para cumplirlo, que acaso ya nadie regala nada? y lo que resultó de más peso en mi ánimo: ¿De cuando acá las fuerzas metafísicas se conjugan para cumplirme algo?, entonces decidí mandar a la chingada el juego del deseo, no le di reenviar, ¡Que las fuerzas esotéricas se queden con su pinche deseo, yo sigo de mal cogida!.

lunes, 28 de septiembre de 2009

¿¿Hombres o trabajo??

- Hey amiga! ¿como estás? -
- Muy bien, contenta, mañana tengo por fin una entrevista de trabajo, ya me estaba durando la rachita. -
- Que bien, te felicito!, esta noche te incluiré en mis oraciones por todos los que andan sin trabajo, afortunadamente yo en eso si estoy bien.-
- Si, estaría bueno, nunca sobra una oración, a estas alturas, si me preguntaran que prefiero, un hombre o un trabajo, escogería el trabajo -
- ¡Tienes razón!, hace más falta el trabajo, al fin que hombres pues como quiera se las ingenia una.-
- Claro, con trabajo te compras lo que quieras, ropa, viajes, lo que sea, hasta un hombre bien ponedor y bien chulo pa' que desquite la inversión.-
- Ps si, hasta esos pequeños lujos puede uno planear -
- O también podrías comprar un chingo de consoladores y un montón de pilas -
- Ja, ja, ja, o ¿que tal de esos que ya van a la corriente eléctrica?, digo, pa que no falte la energía -
- ja, ja, ja, siiiii, y ¡que se vaya la luz en toda la colonia!, la reynita bien contenta. -
- o si quieres, compras un generador... para no ser desconsiderada con los vecinos -
- Miralaaaa, chica golosa.

sábado, 12 de septiembre de 2009

ANTROVA



"¿Qué adelantas sabiendo mi nombre?
Cada noche tengo uno distinto
y siguiendo la voz del instinto
me lanzo a buscar..."


La noche de Zacatecas es linda, las estrellas parecen tan cerca, se respira tan limpio y aunque es una ciudad grande, conserva ese sabor de pueblo que solo pocos lugares tienen. Esa semana estuve de visita por cuestión de trabajo, en verdad estaba agotada, aunque fue bastante productiva y disfrutable porque amo mi trabajo, en realidad me sentía cansada, desperté de una larga siesta, abrí la ventana de mi balcón y vi esa noche con esas estrellas que me estaban llamando a caminar…de modo que me metí a la regadera, unos jeans y una camiseta eran lo mas cómodo para caminar, un poco de brillo en los labios y estaba lista para salir, me gustaba este verano zacatecano, tan diferente al de mi tierra, cuando anochece el aire es fresco y hasta brisa se puede sentir, así que caminé, al salir del hotel me di cuenta que la actividad estaba decreciendo, solo la recepcionista me vio partir y el restaurant y bar se veían vacíos… caminé sin rumbo, hasta donde escuché una guitarra y una voz masculina que se hacía acompañar, me detuve en el portal y vi el letrero que estaba pintado con letras negras “ANTROVA” y sintiendo un magnetismo irresistible entré, sin saber bien porqué motivo.
Al entrar me di cuenta que había poca gente, encontré un lugar en una mesa frente al trovador, que en esos momentos terminaba una canción de Alejandro Filio, el lugar se veía bien, lo suficientemente subterráneo y oscuro para parecer peña, lo suficientemente anaranjado y chocolate para darle un aire contemporáneo. Pero luego de la canción de Alejandro Filio, el cantante se inició con una canción de Sin Bandera y me dije: - pensé que era de trova el sitio, les doy media hora para convencerme – decidida a marcharme si en media hora no mejoraba el panorama. Luego de terminar la canción, el cantante se despidió y subió otro al escenario, lo esperaba expectante y efectivamente, este si era un sitio de trova, este hombre cantó diversas canciones, desde Edgar Oceransky, Alejandro Filio y demás gente que cantan música clásica clandestina como dijo un amigo. A estas alturas, ya me sentía en confianza y como estaba cerca del escenario, gritaba la canción que se me antojaba y el trovador la cantaba. De pronto, a tres mesas de distancia, observé que un muchachón me observaba, digo muchachón porque no era un chamaco, no era un viejo, de no mal pelo y con esa barbita que se hace después de no afeitarse desde la mañana, moreno y de ojos oscuros, veía como cantaba y como las cervezas y el ambiente me iban sentando cada vez mejor, desvié la vista porque no era mi idea la de ligar esa noche, solo quería una cerveza y disfrutar la que quizá sería mi ultima noche zacatecana.
Cambio de trovador, ahí empezó la música cubana de Silvio Rodríguez y cuando cantó Causas y Azares la gente se levantó a bailar, entonces sentí que una mano tomaba la mía sin preguntar siquiera y suavemente me indicaba que la siguiera, seguí esa mano hasta la pista y me encontré con el sujeto que me observaba desde hacía rato, luego el cantante siguió con rumbas flamencas de Joaquín Sabina, mientras unos tomaban los instrumentos del escenario para acompañar al cantante, yo bailaba con ese sujeto que solo me sonreía y me preguntó mi nombre después de dos canciones, solo le dije, “me llamo I…” “mucho gusto, yo me llamo J…” mientras la música sonaba…
"Imagino, preciosa, que un hombre."
"Algo más, un amante discreto,
que se atreva a perderme el respeto.
¿No quieres probar?"

De inmediato me preguntó porqué estaba sola, no le parecía lógico, al menos debía ir con amigas, le dije que estaba sola porque no era de la ciudad y esa era mi última noche ahí, respondiendome que de ninguna manera podría ser así, ahora que nos habíamos encontrado, tenía que estar conmigo y conocerme más, de inmediato se ofreció a pagar mi estancia por al menos otra noche en Zacatecas y que no me fuera al día siguiente… le expliqué que no podía y de momento pareció conformarse. Entonces la música se volvió mas tranquila y nos dirigimos a mi mesa, tan pronto como nos sentamos, inició un ataque a mi boca directo y sin pedir permiso, tan atrevido como inesperado, pero intenso y disfrutable, no era mi intención ligar, pero la Fortuna me puso en ese trance y no era cosa de dejar en vergüenza a mis paisanas y que la reputación de mi tierra quedara por los suelos, así que correspondí a esos besos de cerveza de la manera que yo se que soy capaz de provocar un incendio. Así permanecimos largo rato, hubo mas trovadores, mas cervezas y mas noche, poca charla y muchos besos que para eso estábamos ahí, pedí mi cuenta y le dije que me iría a dormir, se levantó y dijo que no podía dejarme ir sola, que me llevaría hasta mi hotel y sin hablar más, pagó la cuenta con urgencia.
"Vivo justo detrás de la esquina,
no me acuerdo si tengo marido.
Si me quitas con arte el vestido,
te invito a champán."
Le solté al barman mil de propina,
apuré la cerveza de un sorbo,
acertó quien "El templo del morbo"
le puso a este bar.”

Yo había bailado y estaba cansada, el había bebido bastante, pero su aspecto aún era decente, luego de pagar, salimos del lugar y me tomó de la mano. Caminamos bajo el Portal de Rosales. Ahí tuvimos eso que desde ese día llamo “un faje colonial”, aprovechando cada rincón de los edificios antiguos, cada columna, cada resquicio y farola para besar y tocar de manera desatada.
"Al llegar al portal nos buscamos
como dos estudiantes en celo.
Un piso antes del séptimo cielo
se abrió el ascensor."

Me dijo que apresuráramos el paso, para llegar a mi habitación y entonces le dije que no me daba la gana quedarme en mi habitación con él, que me llevara a otro sitio, y entonces tomamos el primer taxi que pasó y le dijo que nos llevara “al Paraíso”, de solo escuchar el nombre, me dio un ataque de risa, de esos que por absurdos dejan a tu interlocutor pasmado, luego se rió también de buena gana y me pidió perdón por pedirle al taxista que lo llevara al paraíso, que ahí lo llevaría yo le quedaba claro. Al llegar al hotel entramos a la habitación, me di cuenta que el lugar no era ningún sitio de mala muerte, sino que para ser un hotel de paso tenía bastantes comodidades, incluso ofrecían en un folleto explicativo, tubos de table dance en renta así como un columpio sexual, lo cual también me provocó otra explosión de risa pero deje de lado esos menesteres, lo cierto es que la barbita de este hombre, sus manos atrevidas y su cuerpo fuerte me estaban haciendo sentir mucho deseo, ganas de saber que había debajo de esa playera y dentro de ese pantalón, ganas de sentir su cuerpo en el mío y ganas de sacar los espíritus de tantos malos amantes de la mente.
"Es mejor - le pedí - que te calles:
no me gusta invertir en quimeras.
Me han traído hasta aquí tus caderas,
no tu corazón."
Y después, ¿para que más detalles?
Ya sabéis, copas, risas, excesos.
¿Cómo van a caber tantos besos
en una canción?

Luego de explorarnos por mucho rato, me quedé dormida en esos brazos fuertes que eran justo a la medida del deseo y que se notaba que hacían trabajo pesado, bajo el sol, porque sin camisa no era tan moreno, su nombre me daba la impresión de ser de ascendencia árabe, pero a mi no me interesaba su ascendencia, ni tampoco su descendencia, solo me interesaba terminar esa parranda como deben terminar las parrandas decentes, en la cama rodando con un desconocido. Desperté justo con dos horas para ir a tomar el avión, apenas me daba tiempo para tomar la maleta y correr, así que una vez que me vestí con el mayor silencio posible, llamé a recepción y pedí un taxi, al escucharme hablar despertó y me dijo que porqué me iba, le dije que tenía que marcharme, apenas me daba tiempo de llegar al aeropuerto.
- Pero no quiero que te vayas-
- Uno no siempre hace lo que quiere y menos lo que quieren los demás –
- Mmm, me parece extraño que te vayas casi huyendo como delincuente, hasta parece que me robaste la cartera. –
- No, tu cartera está completa –
- Ya se, lo que pasa es que tienes a tu marido en el hotel, por eso no quisiste ir a tu hotel anoche, ahora entiendo, te está dando remordimiento y por eso me dejas así.-
- No, solo tengo que irme.

Ahí en la cama le di un beso rápido y en ese momento llegó el taxi, lo abordé y llegue a mi hotel con el tiempo justo para ir al aeropuerto y alejarme de Zacatecas, con mas razones para llevarlo en el corazón y más deseos para no dejarlo del todo, alejándome también de J…. Hay pasiones que pueden agotarse en una noche, así que no tiene sentido fingir que nos interesa prolongarlas.

"En mi casa no hay nada prohibido,
pero no vayas a enamorarte.
Con el alba tendrás que marcharte
para no volver
Olvidando que me has conocido,
que una vez estuviste en mi cama.
Hay caprichos de amor que una dama
no debe tener."

miércoles, 9 de septiembre de 2009

LA ELEGIDA


Me levanto y son las ocho, con ese sabor del agotamiento viejo, anoche llegué a las tres de la mañana, el chofer de transporte de personal de la maquila se la pasó sobando la pierna de la chavala que va a su lado y manejaba lento, para prolongar el viaje, pues al bajar al ella la esperaba su marido en la esquina bajo la luz de un arbotante; mientras tanto, el resto de nosotros que nos moríamos de cansancio no nos quedaba más que esperar a que la lascivia de ellos quedara satisfecha. En fin, luego de que llegué, tuve que lavar los trastes que quedaron de la cena, aunque frijoles y papás no son difíciles de remover de los platos. Mis hijos hacía horas que estaban dormidos, eso creo, uno nunca sabe con los adolescentes, solo me queda creerles cuando me dicen que no tienen sexo y que no consumen drogas, me es imposible estar al pendiente y sus respectivos padres se fueron tan pronto los engendraron, así que yo sola he tenido que navegar con su crianza. En silencio enciendo un cigarrillo, mis hijos ya se fueron a la escuela, o al menos eso dicen, veo como la brasa se va consumiendo mientras repaso la lista de pendientes y de pronto me despierta esa tos persistente que viene de la habitación contigua…es mi madre, que a sus ochenta y tantos años de vida tiene tantos males crónicos que no se como es que sigue respirando.
-Rosenda!
-mande mamá, ¿como amaneció?
-tráeme un vaso de agua, que me muero de sed.
Apago el cigarrillo apresurada y voy por el agua, así ha sido mi vida desde hace mas de quince años, mi madre siempre fue de esas señoras de rancho, acostumbradas a levantarse a las cuatro de la mañana para enviar al marido a trabajar, preparándole el desayuno y poniéndole viandas para más tarde, solo que el marido (mi padre), ya se murió hace más de veinte años, pero a ella se le quedó la costumbre de decir que las mujeres que no madrugan son unas huevonas que no sirven para tener una casa, me despierta aunque sabe que yo estoy cansada, para empezar ese largo día, aprovecho que le llevo agua para darle el medicamento de la mañana.
- Tome mamá, sus medicinas.
- No mortifiques Rosenda, ya estoy hasta la chingada de estar tomando medicamento, esos pinches doctores del Seguro no sirven para nada.
-Pero mamá, lo tiene que tomar, no tengo para llevarla al médico particular, solo podemos ir al Seguro, acuérdese que tengo que pagar la luz, el agua, el predial, que todavía debemos del predial del año pasado, que hay que comprarle libros y uniformes a los muchachos, no nos queda para pagar doctores, el Seguro es lo único que tenemos.
- Pero no se para que insistes en llevarme, si esos doctorcitos pendejos no hacen nada por que mejore.
- Usted sabe que tiene que cuidarse, además de que no se quiere tomar las medicinas usted ya no quiere comer, no se abriga cuando sale…no…
- ¡Nunca he necesitado cuidados de viejita, bastante puedo valerme sola y ya lárgate que no me dejas estar en paz, si te dejara, te la pasarías durmiendo en tus laureles, siempre fuiste una floja y aún lo sigues siendo, que es eso de estar calentando la cama a estas horas!
- Apenas son las ocho…
- Para eso si eres muy buena, para retobar, pero nunca has hecho nada de provecho, nomás tuviste a tus chamacos ahí como si fueran la yerba, ni para pescar marido sirves…
- ¿Qué le hacen los muchachos?
- Nada, a mi nada, a mi no me importan, tu no quieres entender que andan por ahí en la calle de vagos nomás y te sigues creyendo que van a la escuela y ahí estás de bruta sobándote en la maquiladora, para traerles dinero para que, si son unos burros, hasta borrachos y marihuanos han de ser, pero tu sigues ahí en lo mismo. ¡No te vayas que te estoy hablando!
Me alejo, antes de que el coraje me haga perder la paciencia y olvidarme que la señora que está gritando es mi madre, y empiezo la rutina de todos los días, hay que lavar, cocinar el desayuno, barrer, limpiar el suelo, ayudar a mi madre a que se bañe, vestirla, peinarla, llevarla a la sala para que se ponga a ver la televisión, planchar lo que ya se había lavado, acomodar la ropa, preparar la comida para mediodía que llegan los muchachos, atenderlos cuando llegan de la escuela, meterme a bañar, porque tengo que estar lista a las dos y media que llega el autobús por mi, porque si lo pierdo, tengo que pagar yo mi pasaje y no está el horno pa’ bollos, si así sabe Dios que el dinero no me alcanza, menos así. Hace más de quince años así vivimos, mi madre siempre fue una mujer enérgica, pero la enfermedad le ha agriado el carácter, cuando tuve a mis hijos no le hizo gracia que fuera madre soltera, pero no le quedó mas que recibirme, porque sabía que yo no tenía a donde ir, sin embargo, desde hace mucho tiempo que pienso que hubiera sido mejor que entonces me corriera de la casa, que dijera que me fuera a la calle con las mujeres pecadoras, que me fuera de pluma como me gusta irme y todas esas cosas que muchas veces me ha dicho, porque ahora vivimos con ella, sin embargo soy yo la que no puedo irme, me sentiría muy culpable si la dejo sola ahora que no se puede valer por si misma, si entonces que podía me hubiera ido, yo ahora viviría feliz, pero no como ahora, hace años que no tengo sexo porque no puedo escaparme ni una noche, hace mucho que no recibo ni una propuesta indecente, la aceptaría con gusto, pero mis amigos y compañeros de trabajo se cansaron de mis negativa. Todos mis hermanos están casados, tienen sus familias, unos viven en la ciudad, aunque da igual, nunca vienen, mi madre se encargo de hacerlos correr a fuerza de indirectas a mis cuñadas, otros viven en Estados Unidos, pero eso no sirve de nada, porque tampoco se acuerdan ni de hablar por teléfono. Pero eso si, cuando mi madre va a dar al hospital, que es seguido, porque se niega a tomar los medicamentos, aparecen todos para regañarme por lo mal cuidada que está, porque no les aviso, a pesar de que ninguno se ocupa de dar un centavo para que coma, vista o se compre medicamento. ¡Carajo!, ¡Esa mujer parió siete cabrones y dos cabronas! y nadie se hace cargo, todos se fueron de la casa y yo me fui quedando por ser la madre soltera, la que no tenía a donde ir, la que nunca consiguió novio en forma, porque tenía-muchas-responsabilidades-y-mi-madre-quería-que-expiara-mi-pecado.
Entonces, cuando estoy más ocupada en mis quehaceres domésticos, escucho esa voz que ya me tiene harta y que me hace sentir ganas de mandar todo al carajo:
-Rosenda… ¡ayúdame a ir al baño!
Entonces grito con todos mis sentidos la pregunta que me quema desde hace muchos años:
- ¿¿¿¿Y YO PORQUE CHINGADOS????

VUELVE


Tenía yo diecisiete años cuando me enamoré de ti. No puedo establecer el enamoramiento en términos de novela rosa, decir que fue amor a primera vista y que eras el hombre mas guapo del universo, porque sería mentir, ambos aún nos recuperábamos de esa enfermedad de adolescencia, donde nada en el cuerpo parece tener las proporciones adecuadas, entonces digamos que mis hormonas se emocionaron a la vista de tus piernas largas y tus caderas breves, tus manos grandes y rudas y esa mirada de desvalido con la que has solucionado tantas cosas en la vida.
Durante un año estuvimos resistiéndonos a los impulsos del cuerpo, yo tenía miedo de hacer lo que mi madre me dijo “no se debía de hacer sin casarse” y tu tenías miedo que por hacerlo te obligaran a casarte, pero finalmente tuvimos esa ceremonia donde fui iniciada a los placeres de la carne, asustada pero con entusiasmo y completamente convencida de que estábamos enamorados hasta el tuétano.
Entonces empezó lo que se llama una “relación formal”, tú convivías con mi familia y yo convivía con la tuya, para irnos tratando y ver si podíamos funcionar como pareja ante la sociedad. Con entusiasmo nos dedicábamos a la entrega mutua en cada ocasión que la hora, el lugar y el cuerpo lo permitían, aún a riesgo de que nos sorprendieran tus padres o los míos y nos pusieran como castigo el yugo eterno de vivir juntos, aunque para entonces sabíamos que no nos hubiera importado, éramos estúpidamente felices, salvo uno que otro susto provocado por mis desarreglos hormonales.
Un día me dijiste que esperarías el tiempo necesario hasta que yo terminara mi educación universitaria, el cual transcurrió lento y fueron cuatro años más esperando; otro día me viste a los ojos y me sorprendiste al pedirme casarme contigo, yo dije que sí, con la irresponsabilidad de mis años y mis amores, pensando que casarse era la cosa más natural del mundo cuando uno ya cumplió con sus expectativas de educación (¡Así de cursi y tarada era yo, lo bueno que ya se me quitó!) y ahí empezó la parte compleja del asunto, ¿Cómo hacerle para casarte sin dinero?, mujer determinada, de inmediato cooperé con mi parte, decidiendo que empezaría a trabajar de inmediato, para juntar dinero y comprar nuestras cosas, pues había que tomar en cuenta que tu mantenías a tu sacrosanta madre que era viuda y sin otro sostén en la vida. ¿Dónde íbamos a vivir?, por supuesto que con tu madre, ella necesitaba de ti y no podíamos dejarla sola. Y a todo dije que sí, pese a que la señora se fue directo a terapia intensiva cuando supo que su único hijo varón pensaba casarse con esta lagartona que además tenía el defecto de ser una mujer que deseaba ejercer una profesión, insurrecta y que no sabía planchar ni lavar (aunque si tenía otras gracias que tu ya conocías y que mejor no le dijiste a tu madre para no torturarla más).
Decidimos que el tiempo era demasiado, no podíamos juntar suficiente dinero con tu trabajo y con el mío, entonces tu primo que vive en Los Ángeles, tuvo la brillante idea de que te fueras allá para que juntaras dólares, así fuera limpiando parques, pero rápidamente podríamos realizar nuestro sueño de estar juntos, una tarde de verano nos dijimos adiós y pronto nos veremos, llorando por la lejanía después de cuatro años de vernos a diario y con la esperanza de verte volver alguna vez.
Luego todo se fue al carajo, te conseguiste una gringa que enloquecida por las dotes sexuales que tenías (y muchas de las cuales descubriste conmigo), te ofreció “arreglar papeles”, entonces te olvidaste de esta mexicana que se quedó acá en tu espera, la gringa te resultó piruja, pero para cuando te diste cuenta ya tenían tres hijos (que por cierto ninguno se parece a ti)… yo te esperé hasta que me di cuenta de todo eso y supe que no volverías más, por mi cuenta tuve amores, tuve hijos, éxitos y fracasos. Aprendí a entregar el cuerpo sin entregar el alma y disfruté de los lugares que hubiera querido conocer contigo. Me emborraché de las mil maneras que hubiera querido hacerlo contigo, fui a sitios, viví cosas, sentí cosas, toqué cosas, vamos, que dedique a embrutecer todos los sentidos para acallar esa palabra que en mi corazón siempre ha estado esperando para salir, en el fondo solo quería escribirte una carta y hacerte saber que aún te sigo esperando y que mi corazón aún te grita ¡VUELVE!

lunes, 31 de agosto de 2009

SIEMPRE TE LLEVARE CONMIGO

Cuando te conocí supe que eras mi destino, nunca había conocido a nadie más parecido a una muñeca de anime japonés, esa carita pequeña enmarcada con esos ojos inmensos, oscuros y brillantes, ese cuerpo breve, ese cabello oscuro hasta debajo de tus hombros, sedoso, brillante. Podía pasar el día entero observándote desde mi cubículo en la Dirección de la Escuela de Cómputo hasta tu lugar donde trabajabas como recepcionista, con dieciocho años, eras lo más perfecto que conocía en este mundo. Para mi fue natural el pensar que corresponderías a mi pasión, yo era un hombre soltero, con un buen trabajo, que estaba en edad de disfrutar lo mejor de la vida. Vivía modestamente en una pequeña casa que me había heredado mi madre, con un pequeño jardincito que aunque descuidado, podía recobrar su gloria si se le ponía un poco de atención, solo faltaba una mujercita que lo atendiera por las mañanas, tenía para invitarte a salir, tenía mi auto, todo era perfecto, soñaba con el momento en que tú voltearas a verme y te dieras cuenta de la adoración que sentía por ti.
Una mañana de invierno, decidí no esperar más, te invitaría a salir el fin de semana, por tanto, necesitaba estar impecable, lustré mis zapatos, planche mi camisa de manera perfecta, mi corbata estaba perfectamente anudada y mis lentes tan limpios que parecían no tener cristal, es cierto que siempre he sido un hombre solitario, pero bueno, eso no me vuelve mala persona, es que me cuesta tanto trabajo acercarme a la gente. Aquel día entré a la escuela y te encontré como siempre ya en tu puesto de recepcionista, podía percibir el olor de tu perfume de manzana hasta mi, decidido caminé hacia ti, ¡maldición, nunca en la vida te había hablado salvo lo estrictamente indispensable!, esa sensación me puso nervioso, me ahogué y decidí seguir de largo, diciéndote tan solo “buenos días” que tu contestaste sin levantar la mirada desde tu escritorio.
Todo aquel día espié tus movimientos, pude darme cuenta que todo se veía normal, solo yo sentía esa sensación de desesperación y angustia, que me pegaba los labios cada que tenía que hablarte por algún motivo y que me hacía sentir un miedoso. ¿Acaso no podías ver que te estaba deseando como nadie te había deseado? ¿No podías adivinar que eras lo más importante en mi vida?, ¿Qué tendría que hacer para que me notaras? Caminaba nervioso por el pasillo, sudaba frío, me salía a fumar un cigarro, bueno, hacía tiempo que había dejado de fumar pero ahora era una buena oportunidad para reanudar el hábito y juro que esa ansiedad no se debía a que tenía mas de un mes sin tomar mis medicamentos. Entonces algo surgió en mi mente, esa idea era magnífica, tan sencilla, simple y accesible, que me reproche el que no se me hubiera ocurrido antes. ¡Todo tenía ahora mucho mas lógica! Decidí ejecutar mi plan y esperé a que llegara el final de nuestro turno de trabajo. Salí sin despedirme, ¿Para qué, si pronto nos veríamos de nuevo? La sorpresa que te tenía preparada te aseguro que ninguno de tus enamorados te la había dado de nuevo.
Aquella tarde saliste y pude ver como te acercabas a tu auto, mas que caminar parecías flotar con toda la gracia que te caracterizaba ¡Dios, que perfecta eras en ese instante!, apresuradamente me agaché para que no notaras que estaba escondido en la parte trasera de tu auto, luego que abordaste… ¡Sorpresa!...
Hace ya dos meses de eso ¿recuerdas amor?, que entré en tu vida y estoy decidido a quedarme contigo, sé que al principio todo te pareció un poco extraño, que te asustaste y hasta quisiste forcejear conmigo, pero luego entendiste que yo era mucho más fuerte y que no era prudente hacer escándalos en público, entonces, como la chica linda que eres, aceptaste pasarte al lado del copiloto mientras yo manejaba en aquel atardecer y te traje hasta mi casa, donde pude tranquilamente contarte todo el amor que habías despertado en mi, sin que tu siquiera te hubieras dado cuenta. Nuestra relación fue un poco compleja, resististe un poco cuando traté de demostrarte cuanto te amaba, hasta tuve que darte una o dos bofetadas, pero lo hice con la mayor ternura posible. Es lo bueno de vivir solo en una pequeña casita independiente, te nombré la reina de mi imperio y decidí que no te irías jamás de mi lado. Aquellos ojos tuyos, que me cautivaron desde siempre, se veían aun más grandes y brillantes por encima de la venda con la que cubrí tu boca, para poder declararte mi amor sin que me interrumpieras.
Todo ha sido tan perfecto, yo sigo yendo a trabajar, tu auto lo dejé en un centro comercial donde lo localizó una semana después la policía, en la escuela todos se preguntan donde te irías sin siquiera despedirte, pero a nadie ha extrañado que una chica linda como tu se hubiera enamorado y se hubiera fugado de su casa. Nadie sabe mi enorme secreto, la inmensa felicidad que me embriaga desde que te tengo solo para mí y el amor que noche a noche comparto contigo. Pero hoy, justo hoy que cumplimos dos meses, trataste de huir… Que doloroso ha sido para mi encontrarte desatándote de la cama donde tan cómodamente has descansado todo este tiempo… ¿Dime que te ha hecho falta?, ¿Por qué buscas huir de mi amor?, he sufrido en verdad, pero tu no has entendido, todo este tiempo no has podido comprender que mi amor va más allá de este mundo.
No es la primera vez que me enamoro, no es la primera vez que me fallan, al igual que tu, las otras trataron de abandonarme, pero se quedaron para siempre conmigo, igual que tu, cocinaré tu corazón para devorarlo y dormirás como las otras, bajo la tibia tierra de mi jardín, donde tu cuerpo permanecerá por siempre.

SI, PERO NO.

A veces me pregunto que piensas de mi, a donde vamos con este continuo coqueteo y con ese miedo tuyo a perder no se que libertad o no se que independencia de corazón, que al fin de cuentas no te has percatado que en la vida nadie es todo lo libre que puede ser, ni todo lo independiente que puede ser, que sólo renunciamos a una esclavitud para admitir otra…en fin, no se cuanto tiempo mas podré llevar esta rutina donde primero me aceptas y luego me rechazas y dejas en un enigma todas mis preguntas:

-¿Eres feliz?-
-Si, pero no, me falta aún tener un mejor empleo, una mejor vida, una mejor escuela, una mejor perspectiva de futuro, un mejor plan de pensiones, un mejor perro y un mejor auto.-

-¿Me quieres?-
- Si, pero no, no con la manera en que tu esperas, anulando mi independencia y olvidándome de mis sueños para pasar a formar parte de los tuyos.-

-¿Te gustó lo de anoche?-
- Sí, pero no, eres demasiado intensa y apasionada y yo necesito quien me ame con más calma y no sienta que estás tratando de apoderarse de mi cuerpo, mente y alma.-

-¿Me extrañarías si me largara?
- Si, pero no, por eso mismo no me he acostumbrado a ti, pues todo tiene un fin en esta vida y se que tenemos algo muy padre para que dure eternamente, inevitablemente tiene que acabar, así que solo te extrañaría el tiempo absolutamente indispensable… pero ahora tu contesta: ¿Estarías dispuesta a pasar a mi lado el resto de tu vida?

- Si, pero no…-

viernes, 28 de agosto de 2009

TRAMP STAMP


- Me haré un tatuaje-

- ¿Dónde?-

- En la parte baja de la espalda, ahí donde empiezan las nalgas.-

- ¡Ahhh!, ¿Con que quieres tu "tramp stamp"?, ninguna amiga mia se hará un tatuaje en esa parte, si lo haces, ¡te dejo de hablar!-

- ¿Y eso porqué?-

- ¡Para verte el tatuaje!

lunes, 24 de agosto de 2009

UNA TARDE

Aquel día pasaste por mi como todos los días después de clases, teníamos entonces dieciocho años y ganas de hacer el amor a todas horas, me llevaste a casa, sabías que ahí no había nadie a esas horas y que yo no sería tan descortés de dejarte en la puerta sin invitarte siquiera a tomar agua. Hacía tanto calor aquel verano, que era imposible caminar sin sentir un poco chiclosa la suela de mis zapatos escolares. Al llegar a casa, no había nadie, como tu y yo sabíamos y estábamos deseando. Dejaste sobre la mesa ese vaso con agua y hielo, me abrazaste para cargarme hasta la cama donde tarde a tarde veníamos haciendo el amor desde hace mas de un año, ¡Cuanto te amaba entonces!, sabías que no necesitabas pedirme nada porque yo también estaba deseando quitarme la ropa cada momento que pasaba a tu lado, sudar mas de deseo que del calor infernal, tenerte dentro de mi y sentir como los huesos de tu cadera se clavaban en la mía, enredarte en mis piernas y en mi cuerpo. Luego aquella laxitud que nos sobrevenía luego del orgasmo, tu te quedabas dentro de mi, yo sentia delicioso como nuestros sudores se mezclaban y la verdad es que podía haber permanecido así toda la tarde, sin embargo, un ruido de la planta baja me llamó la atención. Sabía que no podían ser ladrones, aquel barrio era de lo más tranquilo y yo me asegure de poner la llave en la puerta. Entonces me acerqué a la orilla de la escalera y grité: -¿Quien es?- una voz grave me respondió desde el baño de abajo - ¡Soy yo hija!, lo que pasa es que ya me venía haciendo pipí por eso llegue de carrera. - Y entonces sentí como mi cuerpo recibía lo más parecido a un golpe en el estómago porque sentí que se me iba el aire, ¡En la madre, mi papá!, pensé y corrí a mi cuarto donde aún te extendías plácidamente en la cama y te dije apresurada:
- ¡vístete que llego mi padre!-
Tu solo sonreiste sin abrir los ojos y contestaste:
- ¡esta vez no voy a caer, esa broma ya me la hiciste muchas veces!-
- ¡QUE TE VISTAAAS!- entonces si volteaste a mirarme y mi palidez debió indicarte que estabas mas cerca de la muerte de lo que nunca habías estado, recuerdo que tomaste tu camiseta, tus pantalones y tus tenis, te los pusiste apresurado mientras yo tomaba un short y una playera de la ropa que estaba regada por todo el cuarto, justo en el momento que nos sentamos en el escritorio de la computadora, se abrió la puerta y entró mi padre: - Hola hija, ¿como te fue?, hola Roberto, ¿como estás?, tuve que venir temprano porque se suspendió la reunión de trabajo. Voy a estar en mi cuarto, ¿ya casi terminan la tarea?.
- En eso estamos señor. - Respondiste con voz trémula.
- Bien, por aquí ando. Ahorita que llegue tu madre comemos todos.-
- Si papá.-
Al salir mi padre, los dos nos dimos cuenta que estabamos temblando, que gracias a Dios mi padre estaba cansado de trabajar y que en tu prisa por vestirte, te habias puesto mi playera de ositos rosas y que sobre la cama mía, se veían claramente tus boxers de cuadros.

jueves, 20 de agosto de 2009

EL MUNDO SERIA UN LUGAR SILENCIOSO.

- ¿Viste como venía hoy vestida?-
- Deja tú el vestido, el peinado, se usó hace como veinte años y creo que nadie le ha dicho que la moda ya cambio.-
- Pero a ella eso no le importa, se acuesta con el jefe, ¿que más puede necesitar?, acostada y desnuda no se le nota ni la mala ropa ni el peinado anticuado.-
- Pues entonces yo empezaría a preocuparme, porque acostada y desnuda si se nota la celulitis...¿ya te fijaste como tiene las nalgas?-
- Ja, ja, ja, ¡ay amiga!, ¡si no lo sueltas te envenenas!.-
- Tengo entendido que ya se habia puesto a dieta, perdió como cinco kilos.-
- ¡aaaahhh!, ¡pues que se de vuelta y mire su trasero, porque ya se los encontré!-
- ¡Eres una maldita!, ja, ja, ja.-
- Por algo somos todas las mejores amigas...

miércoles, 19 de agosto de 2009

SITIO EN RECONSTRUCCION

EL HACEDOR DE MILAGROS.

Aquella noche vivimos bastante, y como de costumbre también bebimos demasiado, me gustaban tus labios con sabor a cerveza, la filosofía de tu borrachera y la locura dentro de tus pensamientos. Después de meses de no verte, atrapada en mi vida de rutina, hijos, marido, trabajo, era gratificante escucharte mentar madres y gritarle a los músicos lo que querías que tocaran.
Gracias a Dios que existías y me hacías sentirme menos culpable por mi vida pequeño burguesa, por haber renunciado a mis sueños de rebeldía y por ser una traidora a las causas de la liberación femenina.
Todo iba bien aquella noche, sabía que como cada uno de mis fines de semana prohibidos a tu lado, luego de tomar cantidades industriales de bebidas de dudosa procedencia, de fumar, gritar y cantar, vendría como siempre una gran noche de sexo desenfrenado, sin palabras y hasta hacerte dificil el caminar hasta el baño.
Pero entonces sucedió, lo que nunca hasta entonces había sucedido, llegó tu amigo Pepito, casi casi tu hermano, a contarte su vida y sus tragedias, lo mal cogido que se encontraba y que tan difícil era para él conseguir una vieja, situación que inmediatamente tomaste como tu propia tragedia, como amoroso padre que decide llevar a su hijo donde las putas. Pero bueno, tu no tuviste que irte a un burdel, bastó tan solo voltear a la mesa de al lado para que unas tipas ya borrachas y que no ligaron ya nada a esas alturas de la noche, se incorporaran a aquella curiosa reunión, para escuchar tu disertación sobre las virtudes de tener sexo ebrio a altas horas de la madrugada, aquello de weeee esto es lo mejor, este brother es otro pedo y todo el yaketi yak. Mi mente empezó a divagar y a preguntarse donde chingados estaba mi cama, donde conseguía monedas para esta puta rockola que misteriosamente tenía minutos callada (creo que se quedó dormida con tu grandilocuente discurso). Me levanté de la mesa y caminé hasta la máquina musical, empece a buscar que escuchar, aparte de tu voz, que ya a estas horas me tenía mareada. Creo que entonces te diste cuenta que yo faltaba en tu mesa, que las fulanas se habían largado con tu amigo, convencidas que a esas horas peor era dormir solas. Mientras paseabas tu mirada en tu entorno me descubriste junto a la rockola y veniste a decirme:
-¡No mames!, ¿ Porqué me dejas ahi?-
- ¡Ash! que hueva tan absoluta, yo no estoy interesada en ligar viejas, allá tu que es lo tuyo wey!.
- ¡Pero no sabes lo que acabo de hacer!... Pepito está muy deprimido y me necesitaba, mira, las chicas aceptaron irse con él, yo las convencí... acabo de hacer un milagro y tu te lo perdiste.-
- Mmm, ese no son el tipo de milagros que me interesan de ti. No me parece milagroso que te ocupes de otras nalgas.
- ¿Y entonces?, vámonos a tu habitación, ¡quiero coger contigo!
- Ja, ja, ja, ¿sabes que sería el milagro?... ¡que yo te dejara hacerlo!. Adiós.