sábado, 12 de septiembre de 2009

ANTROVA



"¿Qué adelantas sabiendo mi nombre?
Cada noche tengo uno distinto
y siguiendo la voz del instinto
me lanzo a buscar..."


La noche de Zacatecas es linda, las estrellas parecen tan cerca, se respira tan limpio y aunque es una ciudad grande, conserva ese sabor de pueblo que solo pocos lugares tienen. Esa semana estuve de visita por cuestión de trabajo, en verdad estaba agotada, aunque fue bastante productiva y disfrutable porque amo mi trabajo, en realidad me sentía cansada, desperté de una larga siesta, abrí la ventana de mi balcón y vi esa noche con esas estrellas que me estaban llamando a caminar…de modo que me metí a la regadera, unos jeans y una camiseta eran lo mas cómodo para caminar, un poco de brillo en los labios y estaba lista para salir, me gustaba este verano zacatecano, tan diferente al de mi tierra, cuando anochece el aire es fresco y hasta brisa se puede sentir, así que caminé, al salir del hotel me di cuenta que la actividad estaba decreciendo, solo la recepcionista me vio partir y el restaurant y bar se veían vacíos… caminé sin rumbo, hasta donde escuché una guitarra y una voz masculina que se hacía acompañar, me detuve en el portal y vi el letrero que estaba pintado con letras negras “ANTROVA” y sintiendo un magnetismo irresistible entré, sin saber bien porqué motivo.
Al entrar me di cuenta que había poca gente, encontré un lugar en una mesa frente al trovador, que en esos momentos terminaba una canción de Alejandro Filio, el lugar se veía bien, lo suficientemente subterráneo y oscuro para parecer peña, lo suficientemente anaranjado y chocolate para darle un aire contemporáneo. Pero luego de la canción de Alejandro Filio, el cantante se inició con una canción de Sin Bandera y me dije: - pensé que era de trova el sitio, les doy media hora para convencerme – decidida a marcharme si en media hora no mejoraba el panorama. Luego de terminar la canción, el cantante se despidió y subió otro al escenario, lo esperaba expectante y efectivamente, este si era un sitio de trova, este hombre cantó diversas canciones, desde Edgar Oceransky, Alejandro Filio y demás gente que cantan música clásica clandestina como dijo un amigo. A estas alturas, ya me sentía en confianza y como estaba cerca del escenario, gritaba la canción que se me antojaba y el trovador la cantaba. De pronto, a tres mesas de distancia, observé que un muchachón me observaba, digo muchachón porque no era un chamaco, no era un viejo, de no mal pelo y con esa barbita que se hace después de no afeitarse desde la mañana, moreno y de ojos oscuros, veía como cantaba y como las cervezas y el ambiente me iban sentando cada vez mejor, desvié la vista porque no era mi idea la de ligar esa noche, solo quería una cerveza y disfrutar la que quizá sería mi ultima noche zacatecana.
Cambio de trovador, ahí empezó la música cubana de Silvio Rodríguez y cuando cantó Causas y Azares la gente se levantó a bailar, entonces sentí que una mano tomaba la mía sin preguntar siquiera y suavemente me indicaba que la siguiera, seguí esa mano hasta la pista y me encontré con el sujeto que me observaba desde hacía rato, luego el cantante siguió con rumbas flamencas de Joaquín Sabina, mientras unos tomaban los instrumentos del escenario para acompañar al cantante, yo bailaba con ese sujeto que solo me sonreía y me preguntó mi nombre después de dos canciones, solo le dije, “me llamo I…” “mucho gusto, yo me llamo J…” mientras la música sonaba…
"Imagino, preciosa, que un hombre."
"Algo más, un amante discreto,
que se atreva a perderme el respeto.
¿No quieres probar?"

De inmediato me preguntó porqué estaba sola, no le parecía lógico, al menos debía ir con amigas, le dije que estaba sola porque no era de la ciudad y esa era mi última noche ahí, respondiendome que de ninguna manera podría ser así, ahora que nos habíamos encontrado, tenía que estar conmigo y conocerme más, de inmediato se ofreció a pagar mi estancia por al menos otra noche en Zacatecas y que no me fuera al día siguiente… le expliqué que no podía y de momento pareció conformarse. Entonces la música se volvió mas tranquila y nos dirigimos a mi mesa, tan pronto como nos sentamos, inició un ataque a mi boca directo y sin pedir permiso, tan atrevido como inesperado, pero intenso y disfrutable, no era mi intención ligar, pero la Fortuna me puso en ese trance y no era cosa de dejar en vergüenza a mis paisanas y que la reputación de mi tierra quedara por los suelos, así que correspondí a esos besos de cerveza de la manera que yo se que soy capaz de provocar un incendio. Así permanecimos largo rato, hubo mas trovadores, mas cervezas y mas noche, poca charla y muchos besos que para eso estábamos ahí, pedí mi cuenta y le dije que me iría a dormir, se levantó y dijo que no podía dejarme ir sola, que me llevaría hasta mi hotel y sin hablar más, pagó la cuenta con urgencia.
"Vivo justo detrás de la esquina,
no me acuerdo si tengo marido.
Si me quitas con arte el vestido,
te invito a champán."
Le solté al barman mil de propina,
apuré la cerveza de un sorbo,
acertó quien "El templo del morbo"
le puso a este bar.”

Yo había bailado y estaba cansada, el había bebido bastante, pero su aspecto aún era decente, luego de pagar, salimos del lugar y me tomó de la mano. Caminamos bajo el Portal de Rosales. Ahí tuvimos eso que desde ese día llamo “un faje colonial”, aprovechando cada rincón de los edificios antiguos, cada columna, cada resquicio y farola para besar y tocar de manera desatada.
"Al llegar al portal nos buscamos
como dos estudiantes en celo.
Un piso antes del séptimo cielo
se abrió el ascensor."

Me dijo que apresuráramos el paso, para llegar a mi habitación y entonces le dije que no me daba la gana quedarme en mi habitación con él, que me llevara a otro sitio, y entonces tomamos el primer taxi que pasó y le dijo que nos llevara “al Paraíso”, de solo escuchar el nombre, me dio un ataque de risa, de esos que por absurdos dejan a tu interlocutor pasmado, luego se rió también de buena gana y me pidió perdón por pedirle al taxista que lo llevara al paraíso, que ahí lo llevaría yo le quedaba claro. Al llegar al hotel entramos a la habitación, me di cuenta que el lugar no era ningún sitio de mala muerte, sino que para ser un hotel de paso tenía bastantes comodidades, incluso ofrecían en un folleto explicativo, tubos de table dance en renta así como un columpio sexual, lo cual también me provocó otra explosión de risa pero deje de lado esos menesteres, lo cierto es que la barbita de este hombre, sus manos atrevidas y su cuerpo fuerte me estaban haciendo sentir mucho deseo, ganas de saber que había debajo de esa playera y dentro de ese pantalón, ganas de sentir su cuerpo en el mío y ganas de sacar los espíritus de tantos malos amantes de la mente.
"Es mejor - le pedí - que te calles:
no me gusta invertir en quimeras.
Me han traído hasta aquí tus caderas,
no tu corazón."
Y después, ¿para que más detalles?
Ya sabéis, copas, risas, excesos.
¿Cómo van a caber tantos besos
en una canción?

Luego de explorarnos por mucho rato, me quedé dormida en esos brazos fuertes que eran justo a la medida del deseo y que se notaba que hacían trabajo pesado, bajo el sol, porque sin camisa no era tan moreno, su nombre me daba la impresión de ser de ascendencia árabe, pero a mi no me interesaba su ascendencia, ni tampoco su descendencia, solo me interesaba terminar esa parranda como deben terminar las parrandas decentes, en la cama rodando con un desconocido. Desperté justo con dos horas para ir a tomar el avión, apenas me daba tiempo para tomar la maleta y correr, así que una vez que me vestí con el mayor silencio posible, llamé a recepción y pedí un taxi, al escucharme hablar despertó y me dijo que porqué me iba, le dije que tenía que marcharme, apenas me daba tiempo de llegar al aeropuerto.
- Pero no quiero que te vayas-
- Uno no siempre hace lo que quiere y menos lo que quieren los demás –
- Mmm, me parece extraño que te vayas casi huyendo como delincuente, hasta parece que me robaste la cartera. –
- No, tu cartera está completa –
- Ya se, lo que pasa es que tienes a tu marido en el hotel, por eso no quisiste ir a tu hotel anoche, ahora entiendo, te está dando remordimiento y por eso me dejas así.-
- No, solo tengo que irme.

Ahí en la cama le di un beso rápido y en ese momento llegó el taxi, lo abordé y llegue a mi hotel con el tiempo justo para ir al aeropuerto y alejarme de Zacatecas, con mas razones para llevarlo en el corazón y más deseos para no dejarlo del todo, alejándome también de J…. Hay pasiones que pueden agotarse en una noche, así que no tiene sentido fingir que nos interesa prolongarlas.

"En mi casa no hay nada prohibido,
pero no vayas a enamorarte.
Con el alba tendrás que marcharte
para no volver
Olvidando que me has conocido,
que una vez estuviste en mi cama.
Hay caprichos de amor que una dama
no debe tener."

3 comentarios:

Oly dijo...

hola, gracias por la visita. No se quien eres pero escribes de una manera que engancha en la lectura. A mi me ha gustado, seguire visitandote. saludos.

Oly dijo...

me suenas a la vake....seras?
igual, saludos.

Bombon dijo...

mmmmmmmmmmmm
anecdota rica, cachonda,, colonial,fresca besable, musical-trova, sabor a cerveza y sensacion de la barba q pica.......

q bien la pasaste chikita
y lo mejor de todo, q nos dejaste el nombre de las norteñas muy en alto...

jojojo

un beso y abrazoooooooooooo