miércoles, 19 de agosto de 2009

SITIO EN RECONSTRUCCION

EL HACEDOR DE MILAGROS.

Aquella noche vivimos bastante, y como de costumbre también bebimos demasiado, me gustaban tus labios con sabor a cerveza, la filosofía de tu borrachera y la locura dentro de tus pensamientos. Después de meses de no verte, atrapada en mi vida de rutina, hijos, marido, trabajo, era gratificante escucharte mentar madres y gritarle a los músicos lo que querías que tocaran.
Gracias a Dios que existías y me hacías sentirme menos culpable por mi vida pequeño burguesa, por haber renunciado a mis sueños de rebeldía y por ser una traidora a las causas de la liberación femenina.
Todo iba bien aquella noche, sabía que como cada uno de mis fines de semana prohibidos a tu lado, luego de tomar cantidades industriales de bebidas de dudosa procedencia, de fumar, gritar y cantar, vendría como siempre una gran noche de sexo desenfrenado, sin palabras y hasta hacerte dificil el caminar hasta el baño.
Pero entonces sucedió, lo que nunca hasta entonces había sucedido, llegó tu amigo Pepito, casi casi tu hermano, a contarte su vida y sus tragedias, lo mal cogido que se encontraba y que tan difícil era para él conseguir una vieja, situación que inmediatamente tomaste como tu propia tragedia, como amoroso padre que decide llevar a su hijo donde las putas. Pero bueno, tu no tuviste que irte a un burdel, bastó tan solo voltear a la mesa de al lado para que unas tipas ya borrachas y que no ligaron ya nada a esas alturas de la noche, se incorporaran a aquella curiosa reunión, para escuchar tu disertación sobre las virtudes de tener sexo ebrio a altas horas de la madrugada, aquello de weeee esto es lo mejor, este brother es otro pedo y todo el yaketi yak. Mi mente empezó a divagar y a preguntarse donde chingados estaba mi cama, donde conseguía monedas para esta puta rockola que misteriosamente tenía minutos callada (creo que se quedó dormida con tu grandilocuente discurso). Me levanté de la mesa y caminé hasta la máquina musical, empece a buscar que escuchar, aparte de tu voz, que ya a estas horas me tenía mareada. Creo que entonces te diste cuenta que yo faltaba en tu mesa, que las fulanas se habían largado con tu amigo, convencidas que a esas horas peor era dormir solas. Mientras paseabas tu mirada en tu entorno me descubriste junto a la rockola y veniste a decirme:
-¡No mames!, ¿ Porqué me dejas ahi?-
- ¡Ash! que hueva tan absoluta, yo no estoy interesada en ligar viejas, allá tu que es lo tuyo wey!.
- ¡Pero no sabes lo que acabo de hacer!... Pepito está muy deprimido y me necesitaba, mira, las chicas aceptaron irse con él, yo las convencí... acabo de hacer un milagro y tu te lo perdiste.-
- Mmm, ese no son el tipo de milagros que me interesan de ti. No me parece milagroso que te ocupes de otras nalgas.
- ¿Y entonces?, vámonos a tu habitación, ¡quiero coger contigo!
- Ja, ja, ja, ¿sabes que sería el milagro?... ¡que yo te dejara hacerlo!. Adiós.

3 comentarios:

Coma dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Coma dijo...

Muy bien dicho

aryana dijo...

me da gusto saber que concuerda conmigo coma