lunes, 15 de mayo de 2017

UN TROPIEZO.

Noviembre 26 de 2016, mi rostro sufrió una parálisis facial diagnosticada como una "parálisis de bell" que a la fecha no ha cedido del todo, pese a terapias, medicamentos y cantidad de remedios caseros, variedad de estudios, médicos y visitas. 
Son meses sin poder sonreír y para mi ha sido muy muy triste, porque es mi manera de enfrentar la vida, no es un optimismo idiota, pero simplemente vivo convencida que si puedes sonreírte al espejo, es posible enfrentar las cosas más difíciles que lleguen y estos meses, el verte al espejo y recibir una mueca triste en retorno, ha sido doloroso y triste. 

Al margen de todas las  consecuencias médicas que me trajo, el dolor físico intenso, estos episodios de la vida humana supongo que nos enseñan muchas cosas y confirma esa creencia que aún en los momentos donde nada parece ir bien, existen aprendizajes que nos hacen crecer un poco y madurar más. Así, aquí pongo algunas lecciones de vida extraídas de estos meses, no para que le sirvan a nadie, sino para dejar registro de esa gama de emociones que me han surgido desde el momento en que empecé este camino.

1.- Hay que encontrar el camino para expresarte, cuando tu gesto más característico no puede aparecer, no porque estés "depre" sino porque estas imposibilitada de comunicarlo, el ser humano tiene que buscar formas y caminos de hacer llegar el mensaje, es difícil que la gente te crea cuando dices "estoy contento" si en realidad tu rostro no lo muestra; así, querámoslo o no, el rostro es nuestra tarjeta de presentación al mundo y si ese medio de comunicación desaparece debemos buscar canales alternos para hacer saber a las personas que estas bien. 

2.- Si me era imposible estar quieta, he aprendido a tener que hacerlo, porque existen muchas cosas que esta enfermedad limita a cualquier persona y sin embargo "EL MUNDO NO SE HA DERRUMBADO" así que dejar de sentirse culpable por dejar que la vida navegue un poco sola, que al final todos tus seres amados te necesitan, pero no les eres indispensable, la existencia sigue, así que no tienes que ser el pulpo que cubra y resuelva todas las áreas de la vida, porque los demás te necesitan y te quieren a ti, no a lo que puedas hacer por ellos. 

3.- Se pueden aprender grandes lecciones de paciencia en el consultorio de un médico, con mayor razón cuando tienes que recibir terapias a diario donde no puedes hacer nada, sino escuchar a los pacientes de al lado y darte cuenta que eres afortunado, tu rostro se paralizó, pero tus brazos,  manos y cerebro están activos, útiles y no duelen. El tiempo, que antes te faltaba, lo has tenido que hacer, para ponerte atención, escuchar tu cuerpo y curarlo. No sirve de nada, ni hacerle caras a una recepcionista, ni a una terapeuta, ni vas a lograr que el médico llegue antes o te atienda antes, incluso busqué el significado y encontré que "paciente" viene de "el que sufre" así que algo de sufrimiento se experimenta mientras se espera sin pegar el grito en el cielo. 

4.- Si ya lo sabías, ahora se confirma, que los amores esenciales siguen intactos y que las personas que te quieren siguen ahí, al pie de tu vida, día a día tratando de hacerte sentir mejor, aunque poco sea lo que pueden aportar, su aliento y su ternura, sus palabras de ánimo, te hacen sentir el paliativo contra el dolor. 

5.- No todo tiene que estar en tus manos, hay cosas en la vida que siempre se te van a escapar de control, así que aprende a batear las curvas como te las piche la vida y de esto también vas a salir, quizá un poco más dañada físicamente, es inevitable el deterioro del cuerpo, pero fortalecida del espíritu y del alma... pensar en las cosas que has logrado hacer que otras personas, por falta de tiempo ya no pudieron, es triste pero a la vez, te da fuerza de seguir creyendo que la vida empieza en el día a día. 



 

No hay comentarios: